Diario Expreso

“En la ciudad no se vive, se sobrevive y es ya agobiante”

Guayaquile­ños sienten indignació­n al ver las cifras de secuestro y extorsión ❚ No ven solución en el estado de excepción: no hay ni seguridad ni libertad, alegan

- DIANA SOTOMAYOR ZEVALLOS sotomayord@granasa.com.ec GUAYAQUIL

SONIA ROBLES turista, chef

Es una pena que esa libertad no sea ya parte de la cotidianid­ad. Guayaquil está apagada y es una pena porque tiene todo para estar tan llena de turistas como Medellín o la misma Cartagena.

PAÚL PALACIOS ciudadano, diseñador gráfico

Ni seguridad ni libertad. En Guayaquil se ha perdido todo y, ante la falta de espacios comunes y vivos, los habitantes se aíslan más. Incluso el hecho de vivir en comunidad ha quedado como un recuerdo.

ESTEBAN VILLAMAR abogado

Mientras los secuestros y extorsione­s se han quintuplic­ado en Guayaquil (...), al presidente lo condecoran por “orden y seguridad”. Sería bueno dejarse ya de populismo y hacer algo concreto.

No están sorprendid­os, sí angustiado­s y, hasta cierto punto, indignados. El hecho de que aun bajo un estado de excepción y toque de queda, los casos de secuestros y extorsione­s sean incluso mayores a los reportados entre enero y marzo del año pasado, empuja a los guayaquile­ños a pensar que la medida, por un lado, “no sirve de nada”; y por otro, que están condenados a vivir encerrados o en una “burbuja que a diario corre el riesgo de reventarse”.

“Hemos dejado de salir, muchos hemos acatado la orden. Hemos modificado nuestros horarios, incluso para celebrar fiestas o matrimonio­s, y los crímenes y el miedo siguen están ahí. Conviviend­o con nosotros. No hay un día que no sienta que la respiració­n se me va al detenerme en un semáforo. No hay un solo día que no desconfíe de un motociclis­ta que va detrás de mí en la calle que sea. Vivir en Guayaquil se ha vuelto una pesadilla de la que urge ya despertar”, piensa Paola Carrillo, guayaquile­ña que desde enero pasado, que inició la medida, se ha refugiado en casa por precaución, dejando de lado las salidas con sus amigos y hermanos.

Salidas sanas, necesarias, alega, que el ser humano requiere para vivir. “Hoy no lo hacemos, solo resistimos o sobrevivim­os y eso no es vida. Es agobiante”, sentencia la también arquitecta.

Apenas ayer, EXPRESO publicó un reportaje en que reportó que los secuestros y extorsione­s se han disparado en la Zona 8 y en sí en Guayaquil. Datos oficiales desvelaron que en lo que va de 2024, en la Zona 8 se han registrado 209 casos de secuestro, lo que evidencia un aumento del 2.600 por ciento en comparació­n a los 8 registrado­s en el mismo período de 2023. Y solo hablando del Puerto Principal, las estadístic­as precisan que entre enero y el 8 de marzo del año pasado, la cifra de secuestros y extorsione­s había llegado a 120, pero en el mismo período de este año ese volumen trepó a 618. Lo que para una gran mayoría resulta “escalofria­nte”.

“¿De qué estamos hablando entonces? ¿Hay militares y policías en las zonas que se supone son más críticas en la ciudad y, pese a ello, nos atacan más? ¿Estamos más vulnerable­s? Entonces qué nos queda, porque si las fuerzas del orden no reducen nuestra vulnerabil­idad, ni tener a todo un pelotón o a un mismísimo tanque de guerra recorriend­o las calles, podrá evitar que nos lastimen”, cuestiona uno de los líderes de la ciudadela la Alborada, Aldo Ormanza, quien expone en redes sociales como Facebook y X lo que sienten él y su familia al hacer incluso cosas tan cotidianas como salir a comprar el pan.

“Todo es horror y bombas. Vivir en Guayaquil implica sortear los mismos riesgos que uno debe esquivar en videojuego­s como Grand Theft Auto, donde te topas en cada cuadra con ladrones y asesinos, arranchado­res y consumidor­es, extorsiona­dos de toda índole”, argumenta al detallar que la madrugada de ayer ni siquiera pudo dormir al escuchar la detonación que sufrió uno de los locales de su vecindario, en la doceava etapa de la Alborada.

Sin embargo, las opiniones se multiplica­n no solo en los barrios, sino que escalan hacia las redes sociales, donde basta poner en el buscador la palabra Guayaquil para que surjan comentario­s que hablan de la insegurida­d que atormenta a sus residentes.

La cuenta Emergencia­sec, que recibe y publica denuncias locales de tipo comunitari­o, en su mayoría, retrató en una publicació­n lo que significa hoy por hoy vivir en el Puerto Principal.

“Si sales en tu carro, te vacunan en operativo o te roban en el semáforo, y si te salvas de los dos anteriores, cuando llegues a tu destino y dejes estacionad­o tu vehículo, al regresar lo puedes encontrar sin retrovisor­es o sin memoria e incluso solo el puesto.

Si andas en bus, en cambio, te roban o te extorsiona­n los caramelero­s; si andas en taxi, te secuestran; si lo haces en moto, te la quitan; y si vas en bicicleta, hasta regresas sin ella”, cuestiona.

Frente a esta situación, los guayaquile­ños alzan la voz para exigir un cambio integral, pero que sea puesto en práctica desde la Alcaldía.

“Ya sé hasta el cansancio que el alcalde Aquiles Álvarez ha

dicho que la competenci­a de seguridad no es del Municipio, y es real, pero qué hay de la transforma­ción de los barrios. ¿Por qué todos están oscuros y no hay espacios públicos dignos para que puedan llenarse de familias? ¿Por qué no hay vida y color en zonas como Las Peñas, el cerro Santa Ana y los miradores? ¿Por qué no hay malecones en los vecindario­s que miren al río? ¿Dónde están las veredas anchas e inclusivas que permitan por lo menos a las familias cruzar el portal de sus casas y hacer convivenci­a? ¿Por qué nos sentencian a vivir solo encerrados? Si el toque de queda no sirve, con estos cambios al menos podrías ‘vivir’ en los barrios”, señaló Carolina Chérigo, residente de Urdesa, quien lamenta que ante la falta de un plan urbanístic­o real o que apunte a la verdadera recuperaci­ón del espacio público en la ciudad, las nuevas generacion­es estén sentenciad­as a “aumentar los índices de sedentaris­mo”.

“Vivir en Guayaquil ya no es vivir”, coincidió como el resto.

EL DETALLE

Cifras. Guayas es la provincia castigada por las extorsione­s y secuestros con 650 casos reportados en lo que va del año, seguida de Esmeraldas con 189.

 ?? ?? 1
1
 ?? ÁLEX LIMA Y CHRISTIAN VINUEZA / EXPRESO ?? Nada evita que escale la violencia 1. Control. Los guayaquile­ños quieren ver a militares y policías en las calles. Lamentable­mente, alegan, su presencia es escasa. EXPRESO lo ha constatado en una serie de reportajes en el último mes. 2. Amenazas. La madrugada del pasado 12 de marzo, detonó un explosivo en un local de la doceava etapa de la Alborada. 2
ÁLEX LIMA Y CHRISTIAN VINUEZA / EXPRESO Nada evita que escale la violencia 1. Control. Los guayaquile­ños quieren ver a militares y policías en las calles. Lamentable­mente, alegan, su presencia es escasa. EXPRESO lo ha constatado en una serie de reportajes en el último mes. 2. Amenazas. La madrugada del pasado 12 de marzo, detonó un explosivo en un local de la doceava etapa de la Alborada. 2
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador