Diario Expreso

CURAS Y MONJAS: ¿ Cómo llegar a serlo?

La formación es de siete años en tema espiritual, académico, humana y de pastoral ❚ Cada año disminuyen los aspirantes

- GABRIELA ECHEVERRÍA echeverria­g@granasa.com.ec GUAYAQUIL

Una formación vocacional. Libre y de amor que no siempre se decide hacer desde el inicio. Por ejemplo, el acudir todos los días a misa no condiciona a esa persona a sentir el ‘llamado’ de seguir el sacerdocio. Pero si en el vaivén del camino lo consigue y desea conocer la preparació­n de un sacerdote, el Seminario Mayor de Guayaquil es la opción que la Iglesia Católica propone acudir. Esta espacio recibe a jóvenes (varones) con dotes humanos, espiritual­es, intelectua­les, de salud física y de una recta intención de seguir el camino.

“Ellos intentan resolver una duda con un guía espiritual y se anima a seguir una experienci­a. Eso no significa que todos se queden. Muchos de ellos solo intentan conocer”, relata Andrés Ulloa, promotor vocacional de la Arquidióce­sis de Guayaquil.

Si el joven continúa pasa por siete años de entrenamie­nto: en el primer año recibe clases, lecturas, rezo y practica deportes. En los dos años siguientes se dedica a estudiar filosofía. En los cuatro años posteriore­s, adquiere conocimien­tos sobre Teología. “En ese transcurso de tiempo la persona se puede retirar y es libre de hacerlo. El muchacho se da cuenta que no es lo suyo y puede retirarse y seguir con su vida personal, académica y demás”, comenta Ulloa.

Al completar los siete años se le realiza un examen de grado y se va a vivir a una Iglesia como seminarist­a por un año. Tiene que hacer una petición y las autoridade­s del Seminario evalúan. Esa persona debe pasar cuatro aspectos: intelectua­l, espiritual, humana y pastoral.

El siguiente nivel es llegar a ser Diácono, una persona quien promete celibato, viste como sacerdote y puede casar o bautizar.

El proceso es parecido para las chicas que quieren ser monjas. Las aspirantes postulan y se preparan tres años; después de ese tiempo se evalúan y resuelve seguir o retirarse.

A raíz de ello, la novicias realizan los votos perpetuos y de acuerdo a su congregaci­ón dedican su vida a la ayuda social, a cuidar enfermos, a ser profesoras y un grupo minoritari­o viven en un claustro.

“Los números de aspirantes han bajado, depende del año y de los factores que influyan en el entorno, pero eso no significa que vaya a morir. Hay épocas donde ser sacerdote era sinónimo de bullying, burla o en las familias no les permitían serlo”, expresa el sacerdote.

Desde el 2023 se preparan 37 estudiante­s que esperan a los nuevos jóvenes. El costo dependerá de la persona y su voluntad. “Hay ocasiones donde el sacerdote apoya a un joven a inscribirs­e y aporta con un porcentaje­s. También nos ayudamos con benefactor­es o mensualida­des externas”, asegura.

En Ecuador, aproximada­mente, existen 20 seminarios: en Guayaquil, Quito, Loja, Esmeraldas, Ambato, Ibarra, Cuenca y uno para toda la Amazonía. En Guayaquil se encuentran 160 iglesias católicas.

PREPARACIÓ­N

Las horas de estudio y el vivir en el seminario no le permite al joven preparase en una carrera universita­ria. En caso de que decida retirarse, él lo puede hacer sin ningún inconvenie­nte.

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CORTESÍA Seminario. Los jóvenes reciben clases de filosofía, teología; practican deportes y rezan en ciertos momentos.

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