¿Cuál la verdadera intención?
Hemos dicho siempre que no creemos en la casualidad; que tratándose de normas, disposiciones, es necesario buscar la causalidad de su aparición o persistencia. Cuando se insiste una y otra vez en algo, evidentemente alguna intención se tiene, algún objetivo se busca, algún deseo quiere alcanzarse.
Con lo dicho nos referimos a esa casi necesidad de nuestro Ministerio de Educación de propiciar la búsqueda de resultados blandos. Así, en su momento se llegó a la libre promoción: todos pasaban aunque no sepan. Cuando se cambió aquello, luego de tanta insistencia, se multiplicaron los exámenes a rendir para que en alguno de esos el alumno lograra aquello para lo que no estaba preparado: pasar el año.
Cuando las críticas y cuestionamientos fueron tantos y no hubo más que cambiar la figura, se redujeron las pruebas pero se inventó la llamada “mejora de nota”, cargando el trabajo profesoral y dando al estudiante múltiples posibilidades para obtener notas más altas. En fin, alguien trata de que los estudiantes terminen sus niveles sin conocimientos y buenas notas.
¿Qué se persigue? ¿Qué se busca pretendiendo obtener bachilleres cada vez más ignorantes y desconocedores, incluso, de elementales postulados académicos, éticos y morales?
¿A quién le conviene que el joven ecuatoriano no sea capaz de pensar, de analizar, de estructurar ideas, criticar y crear? ¿Por qué la desesperación de
Cuando se insiste una y otra vez en algo, evidentemente alguna intención se tiene, algún objetivo se busca.
nuestro Ministerio por buscar gente que simplemente transite por los establecimientos educativos sin que salga graduada con las bases necesarias para construir una carrera tecnológica o profesional?
Lo que no se siembra, demanda o exige en el pequeño, difícilmente se podrá cosechar en el adolescente o en el joven.
Nos construimos de abajo hacia arriba, de lo elemental a lo complejo, de lo fácil a lo difícil, estructurando, por decirlo así, capas y soportes académicos sobre los cuales el nuevo y mayor conocimiento ha de asentarse. Las oportunidades no se repiten y la psicología evolutiva claramente nos dice que hay etapas y momentos específicos y precisos para cada cosa. Pidamos respuestas.