El algarrobo como oportunidad agroindustrial
Gran oportunidad tiene el sector agropecuario con el desarrollo de la siembra comercial de la especie Prosopis Pallida (algarrobo) y la explotación de sus subproductos. He asesorado la implantación de cultivos forestales con fines comerciales, específicamente con el algarrobo en la provincia de Santa Elena, cuyo duro ambiente carente de agua, diversidad de suelos en desarrollo y gran luminosidad, presentan un reto para cualquier actividad forestal. El algarrobo es una especie que se desarrolla preferentemente en Colombia, Ecuador y Perú. El árbol rústico que puede alcanzar entre 8 y 20 m., puede prosperar en zonas secas con precipitaciones bajas (500 mm anuales en promedio). Su belleza estética, el duramen, el desarrollo volumétrico y todos los beneficios que se obtienen de él, lo hacen una especie forestal atractiva para el desarrollo agroindustrial. Su duramen es apreciable para sistemas constructivos; como leña es de uso conocido para la cocina criolla pues demora en consumirse y produce agradable olor a los alimentos que se asan con él, como las carnes. De las ramas y sobrantes de los raleos se fabrica artesanalmente carbón de excelente calidad. El fruto es una vaina rica en azúcares, proteínas y minerales (calcio, hierro y fósforo); se usó en alimentación humana y ahora como forraje. También se extrae una miel espesa de color oscuro de sabor agradable (algarrobina), usada en pastelería, coctelería. Ingerida directamente es un excelente energizante natural; las semillas tienen aplicación medicinal (antiinflamatorias y antibióticas). Y tiene la particularidad de fijar nitrógeno natural al suelo; sus hojas aportan con materia orgánica, por lo que se lo puede usar para reforestar y restaurar zonas erosionadas; sus raíces profundas sirven para sostener taludes (junto a esteros evitaría la erosión hídrica de sus cuencas). Por su belleza y frondosidad puede usarse como captador de CO2 en las ciudades y cumplir con el Índice Verde Urbano (IVU). Existe un buen ejemplo de agroindustria asociativa, microempresa Don Alejo, en Sandial, Jipijapa, Manabí, donde fabrican algarrobina, caramelos y café, todo a partir del algarrobo. Los productores hagamos conciencia: implantemos un bosque de algarrobo, mínimo en 10 % del total del hectareaje del predio, y hay que linderar, defender taludes y cuencas de ríos y esteros con esta especie. Que la Subsecretaría de Producción Forestal cree un área para industrializar y comercializar las cosechas de estos bosques comerciales.