Diario Expreso

“Un minuto de silencio por esos árboles que nos quitó la Alcaldía”

El calor registrado multiplica las críticas ante la falta de acciones para enfriar a la ciudad ❚ La queja apunta a la indiferenc­ia histórica por parte de los gobernante­s

- DIANA SOTOMAYOR ZEVALLOS sotomayord@granasa.com.ec GUAYAQUIL

KEILA MANOSALVAS guayaquile­ña

Necesitamo­s un cambio urgente: calles cubiertas por árboles frondosos y pérgolas en los barrios. Aceras permeables, jardines verticales. Necesitamo­s una ciudad verde, que respire.

JÉSSICA ZAMBRANO ciudadana

Guayaquil enfrentó una sensación térmica de 40°, con un sol criminal. El calor va a ser más fuerte con la deforestac­ión del manglar, un río contaminad­o, un cerro hecho carretera. Hay que pensar en el futuro.

MARTHA CONCHA ciudadana

Ojalá el calor de estos días nos haga reflexiona­r y/o exigir la arborizaci­ón de esta jungla de cemento llamada Guayaquil. Mientras no entendamos eso, estamos perdidos.

Las críticas de los guayaquile­ños apuntan al mismo blanco: a los alcaldes de las tres últimas administra­ciones y a la indiferenc­ia que, dicen, han tenido para enfriar a tiempo a la ciudad; que hoy soporta temperatur­as que incluso en espacios con sombra, superan los 36° centígrado­s.

El pasado fin de semana, como detalló ya EXPRESO, las familias buscaron la manera de refrescars­e, aunque la tarea resultó compleja. Decenas se volcaron a la calle en busca de piletas en las que, prohibido o no, se puedan meter los niños; otros se refugiaron en los centros comerciale­s u optaron por llenar sus casas de ventilador­es (lo que implicó gastar un dinero no previsto); y hubo quienes se lanzaron a quitarse la camisa en plena vía pública.

“Si no tengo dinero para un ventilador, tampoco tengo carro; si en las metrovías vamos ahogados porque la ventilació­n es nula y escapamos de desmayarno­s, y si de paso no tenemos árboles o convivimos apenas con su esqueleto porque están ya enfermos, ¿entonces qué me queda? Desnudarme. Es una pena, pero es la realidad a la que nos enfrentamo­s. Y que nadie me diga nada, peor el Municipio, que si estamos como estamos es porque nunca ha visto como prioridad darnos algo de sombra. Somos el reflejo del mismísimo infierno”, denunció Daniel Lecaro, residente de Sauces 2, quien el pasado domingo se desplazó por la avenida Rodolfo Baquerizo Nazur con apenas un short y un abanico de esos que se usan a la hora de asar carne en una parrilla.

Días atrás, este Diario publicó ya un reportaje en el que urbanistas y arquitecto­s enumeraron las acciones que permitiría­n a Guayaquil reducir su temperatur­a. Construir desde jardines verticales hasta corredores verdes en los barrios, así como piletas y lagos artificial­es en las zonas donde prevalecen las islas de calor, destacaron en la lista, que una vez más lanzaron los especialis­tas y que, a juicio de los ciudadanos, ha sido ignorada.

Ayer, EXPRESO solicitó al Municipio de Guayaquil una entrevista con el director municipal de Áreas Verdes o el alcalde Aquiles Álvarez para conocer cuál es la hoja de ruta que pondrá en práctica para aplacar el problema y cuándo lo harán, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. Este Diario quiso saber cuál es la postura del Cabildo frente a las sugerencia­s que en torno al tema ha hecho la ciudadanía, la academia y los especialis­tas, y cuál es, asimismo, la razón por la que ha sido indiferent­e a esas propuestas públicas, pero solo hubo silencio, lo que aumentó todavía más los cuestionam­ientos.

“Somos la ciudad del cemento, el mundo entero lo sabe. ¿Por qué el alcalde y los concejales no hacen nada? Él dice que está luchando contra la cochinilla, pero nuestros árboles no tienen ni ramas. Ya dejen de mutilar nuestras especies”, sentenció Ena López, habitante de Álamos Norte, quien lamenta que en el Puerto Principal no exista un plan real de arborizaci­ón; y atribuye esta realidad al hecho de que en las tres últimas décadas se haya priorizado al vehículo y no al peatón, así como al cemento y no a las áreas verdes.

“Un minuto de silencio por todos los árboles que nos quitaron las alcaldías. Esta ciudad es un infierno”, agregó el fotógrafo y chef Carlos Barreto, quien a la par lamentó que avenidas principale­s como la Guillermo Pareja, de Las Américas y la Francisco de Orellana, solo por citar algunos casos, estén llenas de vallas y no de frondosas plantas.

“Las vallas publicitar­ias le han ganado el espacio a los árboles. Si bien es cierto hay especies que por sus grandes raíces levantan el pavimento, hay otras que no, pero prefiriero­n plantar palmeras que al final del día son ornamental­es y nada más. El impacto de quitarnos un árbol se ve reflejado hoy en día en la planilla de energía. ¿Quién gana entonces aquí?”, se preguntó.

Para el ingeniero ambiental José Sabando, quien ha exigido respuestas al Cabildo respecto a las labores que se está ejecutando para eliminar las plagas que afectan al arbolado de Lomas de Urdesa, hoy más que evidente; parecería que la Dirección Municipal de Ambiente “no se abastece ni para responder a las solicitude­s de la ciudadanía sobre sus planes con el arbolado urbano ni tampoco en cómo la ciudadanía puede ayudarlos. Es decir no hacen ni dejan hacer”, señaló.

Para él, resulta indispensa­ble, además, mejorar las políticas ambientale­s que rigen en la ciudad. Y en este punto la arquitecta Daniela Acaiturri hizo hincapié en construir parques, que no necesariam­ente tengan juegos infantiles.

“Los parques son un tema de salud pública, son un sinónimo de salud física y mental. Son estos los que mejoran la convivenci­a, los que reducen la temperatur­a”, argumentó al plantear que, por ordenanza, se establezca cuál es la cantidad de árboles que necesita una calle y en sí un barrio.

En una entrevista anterior con EXPRESO, el fundador y presidente de la organizaci­ón sin fines de lucro 8 80 Cities, Guillermo Peñalosa, también embajador de la Organizaci­ón Mundial de Parques Urbanos, aseguró que para vivir bien, “según el concepto que promueve el decano de la Universida­d de British Columbia en Vancouver, la más especializ­ada en estos temas”, uno debe tener 3 árboles frente a su casa.

“En el barrio, el 30 % del espacio debe estar ocupado por ellos; y la distancia máxima que debe existir entre una vivienda y un parque no debe superar los 300 metros. Si no se cumple esto, simplement­e no estamos bien. Lamentable­mente, si uno cree que los árboles no hacen otra cosa que adornar al paisaje, nadie va a invertir en ellos. En Guayaquil, se lo hará cuando se reconozca que con su presencia se puede bajar la temperatur­a hasta en seis grados”, dijo Peñalosa en 2021, cuando empezó ya a retumbar con fuerza esa necesidad de quitarle el gris a Guayaquil.

EL DETALLE

Sugerencia. Los especialis­tas exhortan a generar sombra en el espacio público, dándole otra vez vida a los soportales.

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1 ESCENARIOS El reflejo de las altas temperatur­as 1. Necesidad. Ante el inclemente sol y el calor que se registraro­n el fin de semana en Guayaquil, se pudo ver a los ciudadanos ir y venir con paraguas en las manos.
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ÁLEX LIMA Y AMELIA ANDRADE / EXPRESO 2 2. Soporte. Hubo quienes se cubrieron del sol con folletos, carpetas o con los artículos que habían comprado en el momento, como las pequeñas camas de animales de compañía, como en la foto.
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