Las nuevas modalidades de estudio
El acceso a internet ha revolucionado las modalidades educativas, brinda una flexibilidad sin precedentes para estudiantes de todas partes
Tradicionalmente, en el Ecuador las modalidades de estudio han sido presencial, semipresencial y a distancia, siendo la presencial la más común y la de mayor demanda. Sin embargo, desde el 2015 aunque el Consejo de Educación Superior (CES) incluía ya otras modalidades como la dual y en línea, estas no eran tan conocidas.
Fue en el 2020, en el contexto de estado de emergencia sanitaria debido a la pandemia por COVID-19, que el CES adoptó medidas excepcionales para garantizar los derechos de los estudiantes y el personal que integra la comunidad académica. Para ello, expidió una normativa para que las Instituciones de Educación Superior (IES) ejecuten las carreras o programas aprobados en modalidad presencial o semipresencial, a través de otras modalidades de estudios, como la dual, en línea e híbrida.
Actualmente, las nuevas modalidades de educación, apoyadas en las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), han sido potenciadas gracias al acceso del internet y porque representan una mayor flexibilidad.
Dentro del Sistema de Educación Superior, existe una amplia oferta académica vigente en los campos de las Ciencias Sociales, Periodismo, Información y Derecho; Artes y Humanidades; Servicios; Ingeniería, Industria y Construcción; Agricultura, Silvicultura, Pesca y Veterinaria; Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), Salud y Bienestar; Educación, y Ciencias Naturales, Matemáticas y Estadística.
Según información estadística del CES, con corte al 15 de febrero de 2024, la modalidad de estudio con mayor oferta académica es la presencial, con 4.653 registros, seguida de la en línea, con 1.479; híbrida, 819; semipresencial, 493; a dista̝ncia, 145; y dual, 126.
Para los maestros, verse volcados casi obligados a una nueva modalidad no fue fácil.
Gabriela Sánchez, psicóloga y máster en Psicología Educativa por la Universidad César Vallejo, de Perú, cuenta su experiencia como docente en un centro tecnológico universitario en la modalidad presencial y en línea. Ella imparte materias relacionadas con la Educación y también de Talento Humano, y desde su criterio el escenario pospandemia en la educación cambió no solo en cuanto a las modalidades de estudio, sino con respecto a los recursos que se han utilizado para abordar el proceso de enseñanza-aprendizaje; y ve una diferencia en cuanto a las bases metodológicas que los maestros utilizan respecto a sus procesos de enseñanza en todos los niveles educativos.
También considera que una de las grandes ventajas de la educación en línea es la accesibilidad desde cualquier parte del país y del mundo tanto para docentes como estudiantes para poder enseñar y estudiar. Aunque enfatiza que la presencialidad se nutrió de todas las herramientas que se utilizaron en la modalidad virtual.
Hay quienes siguen apostando por la modalidad presencial, es el caso de Johanna Suárez, analista contable en una empresa dedicada a la industria gráfica. Culminados sus estudios como contadora pública autorizada, decidió seguir un magíster en Contabilidad y Auditoría en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, para profundizar sus conocimientos en las áreas en las que se maneja, que son Contabilidadtributación y Auditoría.
Pero otros eligieron la modalidad semipresencial, como Yajaira Barragán, licenciada en Sistemas e ingeniero de Software Sénior en una televisora. Ella cuenta con una maestría en Gestión de Proyectos por la Universidad Técnica Particular de Loja; siendo mamá de su primer hijo, optó por esta modalidad por lo asequible que resultaba en cuanto a costos y porque le permitía recibir clases en línea, sin separarse de su familia.
Mientras Suárez comenta que el costo resultó asequible comparado con otras universidades, porque tenía opciones de pago en cuotas mensuales. El plan académico estuvo distribuido en 20 módulos, en los que asistía por las noches dos veces por semana, y los fines de semana en horario intensivo; más el tiempo de elaboración de su tesis.
Por su parte, Barragán recuerda que la demanda por un cupo era alta, por lo que tuvo que realizar un examen para finalmente obtener uno. Ella la define como una excelente experiencia, de manera especial por las amistades que hizo de compañeros de Loja, Quito y Cuenca. Durante los dos años de duración tuvo que trasladarse en algunas ocasiones en avión a Quito, en viajes de ida y vuelta el mismo día, pero reconoce que su esfuerzo tuvo su recompensa.
Ambas destacan que obtener un título de maestría conduce a nuevas y mejores oportunidades laborales y alimentó sus ganas de nunca dejar de aprender y superarse.