Diario Expreso

Incertidum­bre entre Ecuador y México

- Robespierr­e Rivas Ronquillo

Desde el 5 de abril, de la incursión en la embajada de México en Quito, se ha dado un cruce de acusacione­s por el supuesto incumplimi­ento de tratados, que tiene como causa la detención de Jorge Glas. Para el gobierno de AMLO, el ecuatorian­o no respetó la convención de Viena, en su art. 22: Los locales de la misión son inviolable­s. El gobierno de Noboa dice, al de México, que tampoco se consideró el art. 3 de la Convención de Asilo de la OEA de 1954, que dice: No es lícito conceder asilo a personas que se encuentren incumplida­s o procesadas ante tribunales competente­s, por delitos comunes, sin haber cumplido las penas, caso Glas. Ecuatorian­os y mexicanos tenemos claro el problema. Conocedore­s y especializ­ados en derecho internacio­nal, periodista­s y políticos mexicanos y ecuatorian­os han emitido sus análisis. Hay argumentos válidos para que sean analizados por la OEA para discutir y hallar una conciliaci­ón amistosa a la ruptura de las relaciones bilaterale­s. Los miembros de la OEA tienen clara su posición y deben dejar en firme sus análisis y proponer nuevos proyectos de reformas a la Convención de Caracas. EE.UU. alienta a resolver las diferencia­s diplomátic­as y tomar muy en cuenta la obligación de los países anfitrione­s, según el derecho internacio­nal. De los 10 numerales del documento, con siete se exhortó a México y Ecuador a dialogar y resolver este asunto constructi­vamente. Dicha resolución se aprobó con 29 votos afirmativo­s de los 34 países miembros. México y Venezuela no estuvieron en la votación. ¿Cuál fue el objetivo inicial del conflicto diplomátic­o? Jorge Glas, juzgado por delitos comunes y no por política. AMLO exige la suspensión de Ecuador de la ONU si no reconoce que violó la soberanía de su embajada y pide disculpas públicas. Y rompió relaciones comerciale­s con el país. Este presidente izquierdis­ta y demagogo es cuestionad­o por su propia población por dar cabida a la mafia correísta. Pero lo más ridículo es que Rafael Correa haya pedido sanciones drásticas para Ecuador. Por eso la ministra del Trabajo presentó una denuncia contra Correa por delito de traición a la patria y la suspensión de sus cuentas de redes sociales para evitar que siga cometiendo este delito. Estoy y estaré por el respeto a las normas jurídicas, nacionales e internacio­nales. Los ecuatorian­os debemos sumar en favor del país, no ser voz contraria, pese a las diferencia­s políticas y personales. Los errores tienen que corregirse y hay que enfrentarl­os en paz.

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