Fallida emboscada
El plan de Pamela Aguirre era que la fiscal permaneciera en la sala y escuchara a Ronny Aleaga ❚ La Revolución Ciudadana y el propio Correa salieron a defenderlo
La pretensión de enfrentar a la fiscal Diana Salazar con el prófugo Ronny Aleaga en la Comisión de Fiscalización le puede costar caro a la legisladora Pamela Aguirre. El intento de ayer y el respaldo del correísmo hacia Aleaga dejan en evidencia que el exlegislador aún trabaja para su antiguo movimiento.
Alias ‘Ruso’ sigue haciendo su trabajo de operador político. La reaparición de Ronny Aleaga, conocido en el bajo mundo como ‘Ruso’, fue la pieza central de la emboscada que el correísmo le tenía preparada para el lunes 13 de mayo, en la Asamblea Nacional, a su archi enemiga la fiscal general, Diana Salazar. Cuando Salazar contestaba preguntas durante su comparecencia ante la Comisión de Fiscalización, por el caso León de Troya, la presidenta de ese organismo, Pamela Aguirre, hizo leer una comunicación de Aleaga, quien está prófugo de la justicia, en la que pedía ser recibido en comisión general.
Aguirre, nerviosa e insegura, dijo que suspendía la sesión en la que intervenía Salazar para dar paso a la comisión general con Aleaga. Ahí fue cuando Salazar protestó, indignada y con razón por la evidente emboscada que le tendieron y decidió salir del recinto. Aguirre, entonces, le dijo que no podía hacerlo porque aún no había terminado de contestar las preguntas.
En otras palabras, el plan de Aguirre era que Salazar permaneciera en la sala y escuchara a Aleaga, quien minutos más tarde de esta emboscada dijo en un space de Twitter que le quería hacer preguntas. Es decir, lo que querían es torcer la facultad legal que tiene Aguirre como presidenta de la Comisión de recibir en comisión general a Aleaga para que éste, ilegalmente, haga preguntas a la fiscal ya que en esas comparecencias los únicos que pueden hacer preguntas son los asambleístas.
En realidad, el operativo ejecutado por Aguirre era burdo y grosero: el correísmo pretendía humillar y descolocar a la fiscal Salazar con la versión de un prófugo de la justicia que está involucrado, hasta las orejas, en el caso Metástasis. Quedó evidenciado con este burdo operativo que los correístas querían contaminar ese caso porque lo que tenían planeado es fabricar un careo entre Salazar y Aleaga, algo que no puede ocurrir mientras se procesa un caso. Legalmente, Aleaga tiene que responder preguntas de la fiscal en la audiencia de acusación del proceso de Metástasis, que será en pocos días, y no al contrario, como pretendían: que Alias ‘Ruso’ sea quien interrogue a la fiscal. Es obvio que de haberse dado el careo que pretendía, se contaminaba el proceso y cualquier cosa que hubiera ocurrido en la Comisión podía haber sido usada para la defensa de los acusados, entre esos el mismo Aleaga.
De acuerdo a los chats del caso Metástasis entre el narcotraficante Leandro Norero y su socio Xavier Jordán, alias ‘Ruso’ había servido como operador político de ambos para silenciar a Fernando Villavicencio que años más tarde fue asesinado. Villavicencio se había convertido en una figura tremendamente incómoda para el narcotráfico por las denuncias que hacía. Aleaga operó en coordinación con el narcotráfico y el correísmo para que la Asamblea sancione a Villavicencio con una suspensión de 31 días, algo que no se cumplió por la decisión de un juez que le concedió un recurso de protección.
El haber concedido el pedido de Aleaga para ser recibido en comisión general también es impresentable por el hecho de que hay el precedente de las amenazas que alias ‘Ruso’ hizo hace poco de publicar unas supuestas evidencias de una relación íntima que, según él, tuvo con la fiscal. Esta amenaza de Aleaga ha estado muy lejos de producirse: los chats de marras no han sido periciados ni tienen cadena de custodia judicial. Además, lo que hasta ahora ha publicado y que él aseguró que sería un escándalo, no ha producido el más mínimo impacto en la opinión pública. Esto, porque incluso en el caso de ser aseveraciones falsas han sido revelaciones que suenan absurdas como la que ella es su cómplice.
Lo de la Comisión de Fiscalización es un capítulo previo al juicio político en contra de Salazar. Eso explica que se haya hecho una convocatoria muy sui géneris para que hable sobre el caso León de Troya. Luego se supo, por las declaraciones de Aleaga, que la intención era legitimar sus supuestos chats con la fiscal para incluirlos en el debate del juicio político. Es ahí, en ese juicio en la Asamblea, donde el correísmo quiere darle la tribuna que esos chats no han tenido hasta ahora.
También es muy significativo que el correísmo se pase por el forro lo que ha significado Aleaga para el movimiento y siga defendiéndolo. Aleaga es, ciertamente, uno de los personajes que más ha embarrado y desprestigiado al movimiento de Correa por sus evidentes relaciones y amistadas con los narcos. Sin embargo y sin tener empacho ni la más mínima vergüenza la bancada de la Revolución Ciudadana y el propio Rafael Correa salieron a defenderlo luego de la emboscada fallida: la bancada con un comunicado y Correa con un tuit donde decía que su operador iba a desnudar, según él, las ilegalidades cometidas por Salazar. Pura sinvergüencería.