Del camello a la tumba
Según los familiares de la víctima, unos sujetos intentaron robarle. La Policía, por su parte, investiga si el crimen sucedió durante una riña.
La familia de Wilson Caiza aguardaba en las afueras de la morgue de la Policía Nacional, en el occidente de Quito. Esperaban que el cadáver fuera revisado por los peritos y obtener alguna respuesta a su repentina muerte.
Estaban consternados, pues el joven de 23 años salió a trabajar en su taxi como siempre. Una pariente relató que, durante su jornada, alguien le pegó una patada a la puerta del automotor que Wilson conducía la tarde del domingo.
El muchacho se bajó a reclamar el agravio, pero dos automotores lo habrían interceptado. Los ocupantes de aquel carro se bajaron e intentaron robarle y luego de propinarle varios golpes le asestaron tres puñaladas, acotó la allegada.
Según informes policiales, el cuerpo del taxista fue levantado de un centro hospitalario de Carcelén, hasta donde lo llevaron con el afán de salvarle la vida. Los galenos nada pudieron hacer, pues la gravedad de sus heridas no permitieron que sea estabilizado.
En las primeras indagaciones, un testigo que se identificó como amigo de la víctima contó que Wilson y otros amigos se reunieron para hacer un reclamo a otros ciudadanos por unos celulares. La acalorada discusión creció hasta terminar en una riña callejera, donde uno de los sujetos le propinó las puñaladas en el pecho.
Enseguida, sus amigos lo llevaron hasta el hospital, donde falleció.
El cuerpo fue trasladado a la morgue para realizarle la autopsia correspondiente y continuar con las investigaciones para establecer las responsabi- lidades del hecho.
La muerte de Wilson se suma a los 97 casos registrados del 1 de enero al 6 de febrero de este año. Este número es el de víctimas de homicidio intencional, según las estadísticas del Ministerio del Interior. Once más que las registradas en el mismo período del año pasado a nivel nacional.