Un balneario
El plan para conservar el agua del río California-Valdivia, ejecutado por la Prefectura de Santa Elena en 2018, no solo beneficia a los agricultores cuyas fincas están asentadas en las riveras del afluente, sino que se han convertido en pequeños balnearios de agua dulce.
El viceprefecto, Omar Núñez, explicó que la idea principal fue represar el agua y evitar que en los desbordamientos se vaya al mar. Esto, porque solo había cosechas de hortalizas cuando llovía y el río corría, mientras que en época de sequía los cultivadores tenían serios problemas.
Para aprovechar el agua del afluente se construyeron tres denominados ‘tapes’ o compuertas de cemento en lo ancho del río, en su paso por las comunas Loma Alta, Barcelona y Sinchal. Cada muro de 1,50 metros de alto embalsa el agua en un área de aproximadamente 500 metros, de esta
Los visitantes pueden conocer la reserva ecológica de Loma Alta con guías de bosque. En esta zona también se puede practicar ciclismo de montaña.
El río California-Valdivia desde lo alto de la montaña tiene un recorrido de 30 kilómetros y cruza por los poblados de: El Suspiro, Loma Alta, La Ponga, Carrizal, Barcelona, Sinchal y en Valdivia llega al mar. Además de los cultivos de ciclo corto como sandía, melón, pepino y tomate, que se producen en esta área, existen 1.500 hectáreas de producción de cítricos, que es la base de subsistencia de los campesinos.
Con los ‘tapes’ del río convertidos en turísticos se ha abierto otra fuente de ingresos económicos para los ciudadanos originarios de las citadas comunas, que aspiran a repotenciar sus ofertas ecoturísticas.