¡Murió en su turno laboral!
Presuntamente la inhalación de monóxido de carbono causó intoxicación y el deceso del hombre. Estaba por terminar su jornada.
Eduardo Alvarado Vargas no alcanzó a entregar su puesto de trabajo en una finca florícola en la parroquia Ayora de Cayambe, ubicado al norte de la capital, cuando la muerte lo sorprendió.
El hombre realizaba el turno de la noche en su trabajo, el cual duraba 12 horas, y mientras manipulaba una bomba de combustión para pasar agua de un reservorio a otro se envenenó con el gas.
“Aparentemente se sintió mal y se sentó frente al tubo de escape de la bomba”, comentó Carlos Tipán, coronel del Cuerpo de Bomberos de Cayambe.
Cuando los paramédicos llegaron nada pudieron hacer para salvarle la vida, la ‘huesuda’ se lo había llevado.
El cadáver tenía una quemadura en la pierna derecha, al parecer se produjo después de la muerte al hacer contacto con la tubería caliente.
Alvarado se turnaba el tra- bajo con otra persona, quien era la que laboraba durante el día. El fallecido era oriundo de Archidona, en Napo, y tenía 25 años.
Miembros de la policía llegaron hasta el lugar de la tragedia para trasladar al hombre hasta la morgue.
PRECAUCIONES
La intoxicación por monóxido de carbono se da debido a la inhalación de vapores producidos por la combustión. Cuando hay una cantidad ex- cesiva de monóxido de carbono en el aire que respira, el cuerpo humano reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos por monóxido de carbono, esto evita que el oxígeno llegue a los tejidos y órganos.
Varios motores y artefactos que queman combustible producen monóxido de carbono. La cantidad de gas que sale por estas fuentes generalmente no es motivo de preocupación.
Pero si se utilizan en un espacio cerrado o parcialmente cerrado el monóxido de carbo- no se puede acumular y alcanzar niveles peligrosos.
Inhalar humo durante un incendio también puede causar intoxicación por monóxido de carbono, señala el vocero del Cuerpo de Bomberos.
Según los especialistas, el monóxido de carbono puede provocar: daños cerebrales permanentes, daños al corazón u otros órganos, provocar complicaciones cardíacas que ponen en riesgo la vida, muerte fetal o aborto espontáneo, y hasta la muerte.