¡Tragedia les acabó el carnaval!
Lo que siempre fue motivo de algarabía para los Ávila Ruiz, desde 2014 causa de dolor.
Para la familia Ávila Ruiz, la llegada del carnaval era más que un feriado. Significaba una oportunidad para reunirse entre aproximadamente 100 integrantes de su mismo núcleo.
Salían desde varias ciudades para congregarse en el poblado de Charasol, en el cantón Azogues, provincia del Cañar. Allí volvían todos a ser niños. Jugaban desde el mismo carnaval hasta deportes y diversiones ancestrales.
Esta forma de disfrutar era prácticamente una tradición de muchos años. Sin embargo, lo que en otros tiempos fue motivo de algarabía, desde hace 4 años es causa de dolor.
En el último paseo que emprendieron desde Guayaquil: Julia y Ximena Ávila Ruiz, junto con otros fa
miliares, perdieron a 4 de sus seres queridos. Por esto, el carnaval no existe más para ninguno de ellos. Se terminó para siempre. Ahora es una fecha de luctuosa recordación.
Julia, una catedrática arraigada profundamente a la fe católica, fue una sobreviviente de aquel triste episodio. Rememora, como si fuera ayer, todo lo que pasó aquel 15 de febrero de 2015.
Eran más de las 9 de la mañana. Viajaba hacia Azogues con su hermana Carmen; sus sobrinos, Álvaro Aguilar y Celene Gordillo; su cuñado, Wilson Sigüencia; y, la nieta de este, Adamaris Gallegos.
Iban los 6 en un carro Toyota Land Cruiser, mientras que en otro vehículo, varios kilómetros atrás, viajaban más familiares. De pronto, la Para Julia, lo ocurrido le dejó graves secuelas porque aún siente parte de su espalda como anestesiada o dormida. “Ya nada queda igual en uno”, reflexiona.
A más de las molestias que aún siente en su cuerpo, desmembraron a su familia. A Ximena, aparte de su hermana Carmen, le arrebataron de su seno a su hijo Alvarito (foto), como lo llama- tragedia les llegó en la parroquia Nulti, del cantón Cuenca. A la altura del cuartel Dávalos fueron impactados por un auto Hyundai, de placa ABF-4092, color plomo, conducido por Álex Escobar Sarria. Este carro viajaba en sentido contrario, pero repentinamente el conductor perdió el control, se subió al parterre central e invadió la vía contraria donde se chocó de frente con el Toyota. El impacto fue tan fuerte que este se destrozó y en el instante perdieron la vida: el conductor, Wilson, de 48 años; la copiloto, Carmen, de 49, y quienes iban en la parte de atrás Álvaro y su prima Celene, de 19 y 20 años, respectivamente. Milagrosamente sobrevivieron, aunque quedaron gravemente heridas Julia y su sobrinita de 3 años.
“Cuando recobré la conciencia sentí todo el peso de mis familiares encima mío porque el carro quedó con las llantas hacia arriba. No podía respirar. Lo único que escuchaba eran voces que decían que había sobrevivientes”, recuerda Julia. El conductor del Hyundai también resultó con heridas de consideración. Fue llevado a un hospital de Cuenca. Al mismo donde ingresó Julia y donde estuvo por más de una semana en cuidados intensivos. Pero no bastó esa semana para que la profesora se recupere. Tuvo que pasar más de tres meses en Cuenca para su recuperación. Luego de ello volvió a Guayaquil para reintegrarse a su trabajo.
En tanto, Escobar fue detenido y sentenciado a 12 años de prisión. También se le dictaminó el pago de una indemnización a los familiares de las víctimas. ba. Además, dejaron a su mamá, Martha Ruiz, sin su sustento, pues era Carmen, con su profesión de doctora, quien veía por ella y el hogar.
“Nuestra afectación es muy grave porque no solo fue física, sino también psicológica y económica. Nosotros no hemos recibido ni un dólar de indemnización, hemos tenido fuertes gastos en el pago de movilización hacia Quito para concurrir a las diligencias, honorarios de abogado y aún seguimos en
CADÁVERES ENCIMA
la lucha porque el ciudadano involucrado pidió un recurso de revisión y mañana jueves tenemos que estar en Quito para una audiencia”, explica la docente.
Ella solo espera que su pesadilla, de ir y venir en trámites judiciales, termine pronto. Nunca estuvo de acuerdo con la sentencia que le dieron a Escobar porque a su criterio la considera poca para las cuatro vidas que perdieron y cuya ausencia aún les causa mucho dolor.