¡Casi en huesos!
Se presume que se trata de un indigente a quien la lluvia lo arrastró. El cuerpo estaba en estado de putrefacción.
Por cuenta de un singular hallazgo, el trabajo cotidiano de Édwin Simbaña se transformó en un macabro día laboral Él y su madre salieron con las reses de la familia para hacerlas pastar en el prado del bosque de Atucucho, en el occidente de Quito.
El miércoles por la tarde, Simbaña, llegó nuevamente a la casa de sus papás en el barrio Pablo Arturo Suárez, cercano a una quebrada. Pero, al subir se percató de una silueta extraña cerca de una represa, al fondo de aquella hondonada.
Miró detenidamente y distinguió que se trataba de una persona fallecida. “En ese momento llamó a la Policía para que vinieran a investigar”, contó José Simbaña, padre de quien vio el cuerpo.
Agentes del sector de Cochapamba fueron los primeros en llegar. Ingresaron hasta el lugar y se toparon con que el muerto tenía su ropa destrozada.
No solo eso. Se trataba de un hombre que prácticamente se encontraba en huesos, debido al estado de descomposición.
Simbaña veía cómo se realizaba el procedimiento alrededor de los restos en el que tuvieron que utilizar hasta drones, mientras que aguardaba a los miembros de Criminalística y de la Dirección de Delitos contra la Vida (Dinased), el residente de 70 años
hacía sus propias elucubraciones. “En la parte de atrás hay un camino. Por ahí pudo haberse caído y fue la lluvia la que lo arrastró”, comentaba. Él ha hecho su vida en esa zona y era la primera vez que tenía contacto con un muerto.
Una de las primeras hipótesis que Simbaña y la policía tuvieron fue que se trataba de algún indigente. Llega- fin de conocer del fallecido.
Mayorga explicó que se haría un trabajo forense más minucioso, ya que el cuerpo tenía antropofagia cadavérica. Es decir, que animales del punto se encargaron de comerse la piel.
Una vez que se levantaron los escasos indicios, el hombre fue llevado a la morgue. Ingresó como no identificado.