¡Gresca por bulliciosos!
DETENIDOS CINCO EXTRANJEROS
Tomó la botella de cerveza y la estrelló contra la acera. Luego con el pequeño pico que quedó entre sus manos ensangrentadas un sujeto amedrentó al policía que intentaba controlar los ánimos de un grupo de venezolanos.
El incidente ocurrió en la calle Baquedano, a pocos metros de la avenida Seis de Diciembre, en el norte de Quito. Al sitio llegó una patrulla, luego de la queja de los vecinos por la bulla que metían los chamos en la vía pública.
Cuando los uniformados pidieron a los ocho extranjeros que se retiraran, uno de ellos empezó a correr hacia la calle Reina Victoria. Allí fue interceptado por un policía que intentó calmarlo.
Pero las palabras del uniformado exaltaron aún más al hombre, quien empezó a insultar y golpear al agente. “Qué les pasa, ustedes me quieren matar”, gritó uno mientras forcejeaba.
El sujeto se puso más agresivo aún, cuando los uniformados quisieron revisarlo, en ese instante se dieron cuenta de que, presuntamen- te, el tipo estaba borracho.
Cuatro compatriotas del implicado se acercaron al sitio para apoyar a su pana y también insultar a los policías.
Al ver el alboroto, otros gendarmes se sumaron al procedimiento. Ellos participaban en un operativo con la Comisaría para el control de bares y discotecas en el sector cuando vieron la escena. El sospechoso perdió el equilibrio y terminó en el piso. En ese momento, otro de los aprehendidos, lanzó otra botella de vidrio contra un agente.
El vidrio rebotó en el chaleco del uniformado y se quebró en el piso. Al verlo, el venezolano rompió otra botella y se acercó con el pico a los agentes, pero no pudo lastimarlos, ya que fue neutralizado con gas pimienta.
Los cinco extranjeros fueron trasladados a la Unidad de Flagrancias, donde se les realizaría una audiencia.
Adicionalmente, el procesado que sostenía el cristal fue atendido por un médico que suturó los cortes en su mano izquierda. Los sujetos fueron procesados por el delito de agresiones a miembros policiales.
El juez calificó la flagrancia como una contravención de segunda clase.