Quería atención del marido
Amiga de presunta secuestrada fue detenida como cómplice del delito. Conviviente de fémina que falseó rapto asegura estar bien con su amada.
Angustia y desesperación sintió Carlos Salas al ver una foto de su esposa, donde estaba atada de pies y manos y amordazada, en un presunto secuestro, la mañana de ayer.
El hombre, de 31 años, no dudó en poner la denuncia en la Fiscalía, donde las autoridades iniciaron el proceso de rescate de la mujer, de 28.
Pero al llegar a la vivienda, ubicada en el sector de la Balerio Estacio, noroeste de Guayaquil, donde supuestamente estaba la ‘secuestrada’, los uniformados de la Unidad Antisecuestro se llevaron una gran sorpresa.
La mujer, quien había enviado hasta un vídeo como prueba de vida de su cautiverio, no estaba secuestrada, sino tranquila y relajada en la casa de una amiga.
Según el jefe de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) en la zona 8, Fabricio Encarnación, ellos atendieron una solicitud de un presunto secuestro. “El conviviente de la señora recibió mensajes mediante la aplicación de WhatsApp, donde atentaban contra la vida de la presunta secuestrada”, manifestó.
Encarnación indicó que durante el procedimiento saltaron muchas dudas, ya que uno de los requerimientos de los presuntos plagiadores era angus- tiar al esposo de la señora, pidiendo más atención por parte de él hacia ella.
“En uno de los mensajes le decían que ella no iba a estar con él, por el descuido que el marido le tenía”, afirmó el uniformado.
El fiscal de turno, Fabricio Neira, manifestó que dieron con la vivienda donde estaba la mujer por el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) del celular desde donde “amenazaban” al esposo de la presunta víctima.
“Cuando ingresamos a la casa ella no estaba maniatada. Estaba sentada y junto al teléfono con que se comunicaban con el señor. Por ello se pudo evidenciar que no era un secuestro”, dijo el fiscal.
Neira indicó que la fémina estaría incurriendo en un delito y por ello fue detenida para investigaciones junto a otra mujer, quien al parecer era la cómplice de la simulación del plagio.
Mientras que Carlos Salas, un poco avergonzado, dijo desconocer las causas por las que su pareja hizo todo esto y, por lo contrario, que estaba bien con ella, “no nos hemos peleado. Tenemos dos hijos. No sé qué le pasó”.