EN OTAVALO, LO ORTIGARON Por 65 dólares pasó vergüenza pública
Todos eran guayaquileños. Familiar del herido dijo desconocer qué hacía en el vecino país.
“Yo no sé nada de mi esposo, no sabía dónde estaba. Lo único que les puedo decir es que mi suegro me llamó para decirme que estaba herido en el hospital Luis G. Dávila, de Tulcán”. Estas fueron las palabras de la esposa del único sobreviviente que fue encontrado herido el último sábado en la vereda Chacuas, departamento Nariño, del Municipio de Ipiales, Colombia.
La mujer no se explica qué hacía su cónyuge junto a tres hombres más, todos guayaquileños, que fueron asesinados en el vecino país. Y es que la última vez que lo vio fue la noche del viernes y le dijo que se iba a trabajar. “Me contó que iba a salir para hacer un cachuelo a la cocina, porque él es chef profesional. Al siguiente día, sábado, comencé a llamarlo a las 10 de la mañana porque no llegaba, pero el celular estaba apagado”, dijo la mujer mientras se encontraba en el hospital San Vicente de Paúl, en Ibarra, capital de Imbabura, a donde fue trasladado la noche del lunes.
La esposa, quien pidió la reserva de su nombre, añadió que tenía
Luis Javier Cartagena, de 43 años, fue atado a un poste de alumbrado público en el centro de la plaza de Los Ponchos, de la ciudad de Otavalo, provincia de Imbabura, y expuesto a decenas de personas, mientras era juzgado por el robo de víveres valorados en unos 65 dólares.
El trabajador de un local, quien pidió reserva de su identidad, dijo que al sospechoso se lo vio sacando las cosas a través de unas cámaras de vídeovigilancia ubicada en el lugar y que, al parecer, era reincidente.
El hombre alertó del hecho y la gente logró atrapar al sospechoso. Luego se convocó al Cabildo para deliberar sobre su accionar. Como parte de la decisión fue hacerlo caminar por las principales calles de la urbe y exEl sospechoso negó haber cometido el delito.
ponerlo. Se trata de una sanción moral, explicó Rocío Cachimuel, presidenta de la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura, FICI. Pero también se le aplicó la física como la ortiga, agua helada y latigazos con el fin de purificarlo y guiarlo por el buen camino.
Al final, el hombre fue entregado a la Policía Nacional que lo llevó en una ambulancia a una casa de salud.