04/08/2019 - (I) -
“Pensé que por s e r mi hijo varonc i t o no le i ban a pasar e s a s c osas feas que nos tienen muy tristes”, manifestó una madre de familia.
Han pasado dos años y los padres de Luis (nombre protegido) seguramente nunca olvidarán aquel día que el niño les comentó que habría sido abusado sexualmente por dos conserjes de una institución educativa.
“Mi hijo era alegre, inquieto, pero de un momento a otro cambió su forma de ser, lo veía triste y callado, hasta que un día lunes lloró desconsoladamente y no quiso ir a la escuela”, expresó la progenitora.
En un principio los progenitores imaginaron que el niño, de 10 años, era agredido por amiguitos de la escuela, pero les manifestó que un hombre de gorra le topaba las partes íntimas llevándole a la parte de atrás de una aula prefabricada. Esas palabras alarmaron a los padres, quienes dieron a conocer el hecho a una de las autoridades del plantel para que se descubra al autor del delito.
De las averiguaciones que realizaron en el colegio
Afligida y con los ojos humedecidos la madre del niño recuerda que el abuso sexual lo habrían cometido con amenazas a la pequeña víctima. “Si dices algo les vamos a matar a tus padres”, le habrían manifestado. Pero la madre al conocer lo sucedido le dijo que nada pasaría, se mantuviera tranquilo porque iba a denunciar a los agresores. y según las características del individuo que presumían era el abusador, sospecharon de uno de los conserjes, quien habría sabido llevar al menor al cuarto donde guardaban las escobas. “Me tapaban los ojos y sentía que dos manos diferentes me cogían las partes íntimas y también me decían que les cogiera”, había manifestado el pequeño.
Con esas sospechas, lo que hicieron es ir a poner la denuncia en la Fiscalía para que se inicien las investigaciones y pueda descubrirse al autor del abuso sexual. “Pedimos justicia para que lo sucedido con nuestro niño, en una institución educativa del sur de Quito, no quede en la impunidad”, expresaron los sufridos padres, quienes un día se consternaron al observar que su hijo tenía las nalguitas rojas.
Las diligencias judiciales se realizaron hasta que uno (el conserje) de los dos presuntos agresores del menor fue detenido en mayo del presente año.
“En contra del otro sospechoso también se iniciaron las diligencias judiciales, ha pasado el tiempo y no se ha presentado a rendir versiones”, manifestó el jurisconsulto Galo Quiñones, quien lleva la causa penal.