Huesos volverían A PERUCHO
Casi a la intemperie y al ras de la carretera, los comuneros de la parroquia de Perucho alertaron de la presencia de unos huesos en la vía que une a Perucho con San José de Minas, parroquias ubicadas el nororiente de Quito.
Según Andrés Mosquera, arqueólogo del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), primero dieron aviso a la policía, por si se trataba de alguna persona desaparecida o alguna muerte violenta.
Cuando el equipo de arqueólogos llegó, a primera vista se dio cuenta que se trataba de un hallazgo arqueológico e hicieron un rescate de emergencia. “Estaba a 70 centímetros de la superficie, eso nos da un dato importante sobre la época en la que vivió”, sostuvo Mosquera.
Los restos estaban cubiertos por una capa de ceniza que Mosquera asegura que procede de una erupción del volcán Quilotoa en 1250. Es decir que la tumba fue posterior a la erupción.
“Esto nos entrega datos importantes sobre la dinámica de estas culturas, muy probablemente Perucho fue el lugar donde varias culturas se asentaron”, comentó el arqueólogo. Sobre todo porque en esa época se cultivaba coca en esta zona, planta importante para varias etnias de la región andina de Sudamérica.
El esqueleto estaba en posición fetal y en buen estado de conservación, aunque le falta el brazo izquierdo, las tibias, los peronés y los falanges de los pies. Tampoco tenía un ajuar funerario, por lo que aparentemente no tenía un puesto jerárquico en el cacicazgo asentado
en esta zona.