¡Muro legal, bro!
EE.UU. diluye ‘sueño americano’ de millones.
La nueva normativa migratoria que el gobierno de Estados Unidos recientemente aprobó y que se comenzará a aplicar el próximo 15 de octubre podría, incluso, negar la residencia permanente a miles de personas por ser demasiado pobres.
La regla impulsada por el principal asesor antiinmigración del presidente Donald Trump, Stephen Miller, permitiría rechazar a solicitantes de visas temporales o permanentes por no cumplir con estándares de ingresos o por recibir asistencia social, cupones de alimentos, vivienda pública o ayuda de la seguridad social.
Un cambio de este tipo aseguraría que los inmigrantes “sean autosuficientes” al no necesitar “recursos públicos para satisfacer sus necesidades”, ya que dependerán “de sus propias capacidades, así como de recursos de familiares, patrocinadores y organizaciones privadas”, de acuerdo a una publicación en el Registro Federal.
Dicen expertos que esta sería la medida más fuerte sobre inmigración del gobierno de Trump.
Por su parte, grupos de derechos humanos han criticado el plan, pese a que se dice que es un esfuerzo de la administración estadounidense para reducir la inmigración legal sin
pasar por el Congreso para cambiar la ley.
Según las nuevas reglas, más de la mitad de las solicitudes de “green card” serían denegadas, según el Instituto de Política de Migración, un centro de investigación. En 2016 se otorgaron unas 800.000 tarjetas.
La nueva regla deriva de la Ley de Inmigración de 1882, que permite al gobierno denegar una visa a cualquier persona que pueda convertirse en una “carga pública”. En los últimos años, los funcionarios de inmigración han definido a los solicitantes de visa como una carga pública si es probable que dependan principalmente de la asistencia.