14/08/2019 - (I) -
Caminar por la calle Chile implica escuchar la infinidad de ofertas comerciales que van desde la venta de pañitos húmedos hasta frutas y collares para perro. Todos los ofertantes gritan a todo pulmón para ser tomados en cuenta por los clientes potenciales.
Según Pablo Buitrón, representante del Frente de Defensa del Centro Histórico, la situación resulta insostenible, puesto que en las vías de esta zona más abundarían vendedores informales que transeúntes y turistas.
“Esto es a consecuencia de la peatonalización, le volvimos a dar cancha al comercio informal”, comenta el dirigente.
Aquel denominado proceso está dentro del Plan de Preservación y Embellecimiento del Centro Histórico, emprendido desde la anterior administración municipal de la ciudad. Uno de los argumentos para esta medida es la conservación de las edificaciones patrimoniales que existen en la zona, reduciendo los niveles de vibración por el paso de los automotores, además de la disminución de contaminación auditiva y ambiental.
Los moradores han identificado cuatro ejes en las problemáticas del sector: la seguridad, en los espacios en los que los transeúntes han dejado de caminar, como Santa Bárbara, La Loma y San Marcos. “En efecto se ha disminuido la carga vehicular, pero hay lugares que se han quedado desolados”, dice Buitrón.
Esto aterriza en el siguiente eje: la comercialidad. Según este frente, los negocios han tenido una baja en las ventas de entre el 40 y 60 por ciento desde el año pasado. “Hay locales que tuvieron que cerrar, otros que los arrendatarios los desocuparon, pero no han podido volverlos a alquilar, expresa el dirigente.
Si bien es cierto, el flujo de personas es numeroso, no todas consumen los servicios o productos que allí se ofrecen, según los vecinos. Incluso existiría un decrecimiento de las personas que habitan en el Centro Histórico.
Esto último sería a consecuencia de otro punto: la mo
vilidad. Según los residentes, al cerrar el paso vehicular, muchos de los habitantes no pueden ingresar a sus casas con sus autos y los negocios tienen problemas para abastecerse de sus productos. “Los proveedores no pueden llegar solo pasadas las ocho de la noche, eso implica incluso mayor inversión”, dice Jaqueline Coronel, también moradora del centro.
Dentro de todo esto, la inseguridad es el mayor problema que enfrentaría el Centro Histórico, ya que según este colectivo de vecinos, las modalidades de robo que se creyeron superadas han vuelto. “A los extranjeros les lanzan algo a la ropa y un comedido ayuda, mientras le va robando todo”, explica Coronel.
Además, los estudiantes de los más de 75 establecimientos educativos se han expuesto a asaltos al no ser recogidos en las puertas de los colegios. “Tienen que caminar varias cuadras para tomar sus recorridos”, explica Buitrón.
Los ladrones se estarían camuflando entre los comerciantes informales, así como los vendedores de droga.
La Agencia Metropolitana de Control, por su parte, informó que ha intensificado los controles de ventas ambulantes para recuperar el espacio público. De mayo a agosto se han realizado 196 operativos. Esta administración municipal reiteró la política de no retiro de los productos
a los comerciantes.