- (I) - 15/08/2019
Doblaron la esquina para llegar a un restaurante cercano. Los padres de Juan (nombre protegido) iban a comprar un pollo, mientras sus dos hijos – de seis y ocho años– aguardaban en la vivienda familiar, a menos de una cuadra del local de comida rápida.
Juan y su hermanita jugaban en una de las habitaciones, cuando de repente encontraron el arma de fuego de papá.
Un disparo silenció por unos segundos el bullicio de la calle Quitus, en Calderón, norte de la ciudad. Fue una sola detonación, y aunque muchos cuestionaron el sonido, nadie en el lugar lo asoció con un balazo. Luego la actividad comercial en aquella ruta continuó con normalidad.
Los padres del niño tampoco lo imaginaron. Tardaron apenas unos minutos en volver. Dentro de la casa –al final de un inmueble con portón negro– estaba la desgarradora escena.
tus lamentaban lo ocurrido con la familia que llevaba varios años viviendo en esa casa. “Nunca habían tenido problemas. Eran tranquilos. Siempre se vio a la pareja con sus dos hijitos”, reveló una señora.
Enrique Bautista, jefe de Policía del Distrito Calderón, se refirió al hecho como un caso fortuito. “Aparentemente, hubo la manipulación de un arma de fuego que el padre había dejado en un lugar no seguro”, precisó.
Al momento, la Dinased investiga el incidente, mientras que en la Unidad de Flagrancia se le realizaría una audiencia al padre de la criatura por tenencia de armas.
Al parecer, y según la Policía, aunque el hombre se desempeñaba como empleado de una empresa de seguridad, esa pistola no pertenecería a la compañía por lo que se cuestionó su manejo.
Respecto a la hermanita de Juan, Bautista insiste en que deberá ser tratada por un profesional para superar el suceso traumático.