Corvina con sazón familiar
LA MUJER SIGUE EL LEGADO DE SU FALLECIDO PAPÁ, QUIEN COMENZÓ A VENDER EN LAS GRADAS DEL ESTABLECIMIENTO. CON ESFUERZO LOGRARON TENER UN PUESTO.
Un pedazo de corvina con arroz especial con vegetales y mariscos, con papas cocidas o acompañadas de un ceviche de camarón o concha es la opción que Patricia Gordón ofrece a sus comensales.
La mujer es heredera de la sazón de sus padres, Jimmy Gordón y Delia Vilcaguano, quienes hace 66 años comenzaron con el negocio.
Las gradas exteriores del Mercado Central, en el centro de Quito, que dan a la calle Esmeraldas, fueron el lugar donde empezó todo.
En una parrilla sus parientes ponían los pescados con papa, lo que llamaba la atención de los transeúntes, quienes se paraban a degustar el platillo.
Los clientes se fueron incrementando y los escalones quedaron pequeños para la cantidad de gente, “se sentaban ahí, era el típico agachadito”, dijo Patricia a EXTRA.
Fue en 2003 cuando pudieron conseguir un puesto en el establecimiento de comercio, tras la regeneración del espacio.
“Don Jimmy era muy querendón y respetado por toda la gente”, comentó una mujer que semana a semana asiste a degustar la delicia.
A Gordón se le hace ‘pequeño’ el corazón cada que alguien le recuerda a su padre, quien falleció hace algunos años, pero que quedó presente a través de la cocina.
Él junto a su esposa Delia Vilcaguano, quien aún está con vida, idearon el platillo. Se dieron cuenta que si le agregaban concha o camarón a la corvina quedaba con un sabor especial que gustó al público.
Al puesto llegan personas que por décadas han sido sus clientes, rememoró la historia de un hombre de 50 años que desde que estaba en el colegio consume su comida.
“Él dice que cuando estaba en el colegio Mejía salía de clases y venía a ‘matar’ el hambre con el Jimmy”, mencionó.
La preparación de todo comienza a las 04:00, la señora Delia todavía sigue siendo la encargada de ponerle su sazón para que todo esté listo para la venta. A las 08:00 comienza el trajín con los clientes y se extiende hasta las 16:00.
Patricia está feliz porque el conocimiento se ha pasado de generación a generación, pues sus hijas ahora también están encargadas de hacer que perdure la tradición gastronómica y pusieron un puesto en el sector de Iñaquito.
Con nostalgia expresó que seguir en la cocina es la mejor manera de homenajear a su padre, quien lo dio todo por hacer que la frase “barriga llena, corazón contento” se cumpla con sus comensales.
66 AÑOS tiene el puesto de corvinas
DATO
La señora Delia ha sido la encargada de poner la sazón, pero su fallecido esposo Jimmy era el del carisma para atraer clientes, dijeron.