FELICES POR EL REENCUENTRO
Un padre y su hijo se conocieron por primera vez luego de 26 años. El muchacho puso la querella para que la Policía diera con el paradero de su progenitor y ayer se dio el feliz abrazo entre ambos.
Cristóbal Olales y su hijo Alfredo Zambrano se abrazaron calurosamente y con mucho cariño, por primera vez, a los casi 30 años.
El reencuentro de padre e hijo, de 50 y 26 años, respectivamente, se realizó la mañana de ayer, en las instalaciones de la Dinased, en la Unidad de Personas Desaparecidas, norte de Quito.
Antes de mirarse cara a cara, los dos hombres caminaban nerviosos por la dependencia policial, esperando el ansiado momento de conocerse.
Tuvieron primero que esperar la información del coronel Diego Erazo, jefe de la Unidad de Desaparecidos, quien manifestó que las indagaciones para encontrar a Cristóbal se iniciaron inmediatamente que fue puesta la denuncia por parte de Alfredo, quien deseaba conocer a su padre.
Sin perder las esperanzas y tras averiguar a sus parientes que no le dieron respuestas favorables sobre su paradero, el joven decidió acercarse a la Fiscalía para que la Policía especializada en Personas Desaparecidas iniciara las indagaciones.
El martes 1 de octubre, el muchacho aportó con los datos para que los agentes buscaran a su progenitor. Los uniformados realizaron las averiguaciones y llegaron a saber que Cristóbal vivía por el cantón Rumiñahui y trabajaba en el norte de la capital ecuatoriana.
El padre de familia fue ubicado y la noticia llegó a los oídos de Alfredo, quien se alegró al saber que su progenitor estaba bien de salud y llegaría a conocerlo.
La mañana de ayer fue más de felicidad que de tristeza, porque Cristóbal y Alfredo se reencontraron hasta el punto que sus ojos se humedecieron y se dieron un fuerte abrazo con el que ‘sellaron’ los más de 20 años de no haber compartido juntos.
FELICIDAD
“Mis hijas están felices, conocieron al hermano”, manifestó el padre de familia.