“Taxear ya no es rentable”
Entre pagar la guardia del carro y comprar el combustible le queda entre 8 y 10 dólares
Está angustiado, al punto de que casi no duerme por la incertidumbre. La subida del precio de los combustibles lo tiene preocupado.
Así está Elio Cassola, un italiano de 50 años que vive en Guayaquil desde hace 5. El sinsabor lo comparte con su esposa ecuatoriana Johanna Morocho. “Ahora Ecuador es mi segunda patria. Vine por amor y aquí estoy en la lucha”, comentó a EXTRA el taxista quien en su tierra era panadero.
EN NÚMEROS
Para Elio las cosas están clarísimas. Desde que comenzó a taxear hace casi un año sabe que pagaba diariamente 36 dólares de guardia al dueño del automotor. Él tiene el vehículo las 24 horas.
“Hasta la semana anterior gastaba entre 10 y 12 dólares de gasolina. Ahora pago 20 por tanqueada de combustible eco, dijo.
En un día tenía una ganancia neta de entre 15 a 20 dólares diarios, pero a raíz de la subida de precios y el caos que se vive, apenas gana 8 dólares diarios. “Vivo preocupado, el señor que nos arrienda la casa pide su pago puntual y con los gastos de comida para mi esposa y mis dos mascotas, un gato y un perrito, estamos ajustados. Nos toca “apretar”, como dicen los guayaquileños”, comentó.
Elio trabaja en una cooperativa de taxis que también le cobra un rubro por ser parte de la empresa. “Ser taxista ya no es negocio rentable. Hay mucha competencia. Hasta el momento no nos han autorizado un aumento de la tarifa, pero lo cierto es que hay que hacerlo con mucho tino, pues el pueblo se queja por los 40 centavos que algunos buseteros cobraron desde hace poco ahora imagínese pagar más en el taxi. Cada día serán menos lo que van a pedir una unidad para movilizarse”, enfatizó.
El europeo dijo que si él se queja, sus compañeros están en peor situación.
“Al menos yo tengo solo dos mascotas, pero mis compañeros tienen hijos que van a escuela y sus gastos se multiplican. La cosa para ellos será mucho más dura”, recalcó.
OTRO NEGOCIO
La esposa de Elio, Martha, comentó que cuando vinieron de Génova, Italia, pusieron un restaurante de pizzas. “Mi esposo es experto culinario y hacía unas pizzas riquísimas, pero no funcionó”, comentó. Ellos dicen que quizás es el sector donde estaban, al sur de la ciudad no llegaban los clientes.
“Luego pusimos un comedor y nos fue peor, pues la delincuencia hizo de las suyas y tuvimos que cerrarlo”, explicó el italiano. En su desesperación, un amigo le dijo que tenía un carro extra y que se inscriba a una compañía de taxis para que se gane el sustento.
“Antes de la subida del combustible vivíamos con las justas, pero de alguna manera me ahorraba un par de dólares con el fin de lograr un capital para invertirlo en la entrada de un carro propio, pero como van las cosas nos resulta difícil”, expresó el taxista.
“Pensar en destinar un valor para la diversión, ir al cine o a comer fuera, se hace cada día imposible. Sin lugar a dudas el taxear ya no es negocio”, enfatizaba una y otra vez Elio.
DATO
“Si subimos el valor de las carreras corremos el riesgo de que menos personas soliciten taxis para sus traslados”