UN CURA LE CAMBIÓ NOMBRE
SU NOMBRE ERA PASAJE, PERO UN PÁRROCO LE HALLÓ SIMILITUD CON EL BARRIO ESPAÑOL DONDE HABÍA CRECIDO, PIDIÓ PERMISO PARA LLAMARLA COMO SU CIUDAD NATAL.
Hasta antes de 1900 era la comuna Pasaje. Pero la llegada del párroco español Juan Luis Fornel le cambió su historia. Por su parecido a la ciudad de donde venía, él le llamó Barcelona y así se quedó hasta ahora.
El agradable clima generado por la espesa vegetación, los cerros y la llanura junto a un cristalino río impresionaron al sacerdote español Juan Luis Fornel, cuando en el año 1900 llegó a la entonces llamada comuna Pasaje, de la parroquia Manglaralto, del cantón Santa Elena.
El nombre de aquel sector había sido elegido por las ocho familias que lo habitaban: Pincay, Quirumbay, Bacilio, Pita, Baquerizo, Domínguez, Gonzabay, Hernández y Pozo.
“Le dieron esa identidad debido a que, para llegar a sus terrenos a trabajar, tenían que pasar por el río que atravesaba el valle. Y fue a ese lugar que llegó el cura español y le nació la idea de cambiar el nombre a Barcelona”, relató el encargado del Archivo de la Comuna, Carlos Basilio Pozo.
Juan Luis Fornel se había radicado en Manglaralto, tras ser designado como párroco de la iglesia católica. Es por eso que un día recibió la invitación de un hacendado local y se movilizó hacia la comuna Pasaje.
“Lo llevaron a tomar leche y luego al río, donde se bañó y al contemplar la vegetación y el agradable clima, dijo que había gran similitud con su tierra de origen: Barcelona. Y de inmediato hizo la propuesta al pueblo y el cambio fue aceptado. Por eso mantenemos el nombre”, agregó Basilio.
Y esos detalles no son conocidos por todos los pobladores, que ya superan los 3 mil, según comentó el síndico local, Pascual Borbor. “Es que no todo está escrito, pero nuestros ancestros se encargaron de contar la historia a las generaciones que les seguían. Sin embargo, ahora estamos buscando la forma de dejarla asentada”, mencionó.
Pero el paisaje actual no refleja mucho lo que aquel sacerdote español vio hace
119 años. La gran vegetación que había llamado su atención en las llanuras ha sido reemplazada por las casas y calles de cemento. Y junto al cerro principal de la comuna ya no está el río en el que se bañó Fornel.
“Lo que pasa es que en esta época se seca, ya no permanece con agua, como antes. Solo en época de lluvias podemos disfrutarlo”, acotó Basilio Pozo.
CAPITAL TOQUILLERA
Barcelona es conocida como la capital toquillera del Ecuador, porque a 18 kilómetros del pueblo, sobre la montaña, existen 800 hectáreas de bombonaje, la planta de la que se toman las hojas para crear la paja toquilla.
“Somos los mayores productores de toquilla en el país. Aquí no se hacen muchas artesanías, pero tenemos la materia prima, que en su mayoría enviamos a Manabí y Azuay”, sostuvo Pascual Borbor.
PATRONOS
La mayoría de pobladores de Barcelona son católicos y por eso tienen como patronos de la comuna a san Jacinto y a la Virgen Madre Dolorosa.