En el sur de Quito se vive el miedo
Cuando parecía que el día iba a transcurrir en paz, los manifestantes, algunos vándalos, aparecieron. Sigue la paralización. Aquí una crónica del día 10: una mañana caminando a las espaldas de la Virgen.
Parecía un día de paz, ese que tanto añoran los quiteños. Sol radiante. Cielo azul. Y en el sur de la ciudad, a espaldas de la Virgen del Panecillo, los habitantes, algunos dueños de locales, se disponían a abrir las puertas... de repente, los manifestantes aparecieron por todos lados. ¡Caos! ¡Terror!
Se movilizaban en camionetas. Desde ellas empezaron a intimidar a los transeúntes pidiendo dinero. Si se topaban con algún vehículo lo interceptaban y destruían. Y hay pruebas de ello.
La obstrucción de la avenida Pedro Vicente Maldonado fue más violenta. A las 08:00, los dueños de negocios que intentaron atender al público, llenos de pánico, tuvieron que poner seguridades en las puertas.
La quema de neumáticos empezó en las inmediaciones de la terminal de la Ecovía en Guamaní y la Nueva Aurora. Grupos de personas (entre ellas indígenas) pedían a los transeúntes sumarse al paro. “Nosotros aquí sufriendo y ustedes, ahí, tranquilos, caminando”, decía uno de los protestantes, quien en sus manos tenía un palo con clavos. [Más adelante lo vimos pinchando las llantas de los autos].
No era lo único. Pedían gasolina a los motorizados. Y pobre de aquel que se negaba.
La estación del Trolebús, Ecovía, el centro comercial El Recreo, el mercado de Chiriyacu y otros lugares públicos más debieron cerrar las puertas por temor a la llegada de los manifestantes.
Todo el transporte público del Municipio del Distrito Metropolitano fue suspendido. Lo anunciaron desde el Cabildo. En las inmediaciones se quemaban neumáticos y se obstaculizaban las calles con palos, piedras... y hasta los contenedores de basura, que en su momento dijeron que ya los habían rehabilitado, ahora eran utilizados para cerrar las calles.
En el sector de la Villaflora, avenida Alonso de Angulo, un grupo de manifestantes intentó saquear una panadería, ciudadanos que transitaban por el sitio se juntaron e impidieron el acto delictivo.
La gente que caminaba porque no tenía otra opción imploraba que esto termine ya.
MÁS DE...
Sin agua Varios sectores del sur de la ciudad reportaron que se quedaron sin agua potable, por varias horas. Eso causó más preocupación en los vecinos que ‘corrieron’ a conseguir botellones con el líquido vital en los micromercados. Pero estos estaban cerrados. La suspensión del agua fue porque la mayoría de los habitantes empezaron a abastecerse en grandes cantidades. El rumor de que los indígenas se tomarían las fuentes de agua ocasionó alarma. Pasado el mediodía el líquido vital empezó a restablecerse.