Un encanto natural incaico de aves
El sitio está a 38 kilómetros de La Maná. Se dice que fue el último refugio donde habría habitado Atahualpa. Allí hay tumbas de momias.
Un encuentro con la naturaleza y un acercamiento a la cultura indígena. Eso representan las ruinas de Malqui Machay, un lugar que es considerado como el último refugio donde habitó Atahualpa, ubicado en la parroquia rural Guasaganda, perteneciente al cantón La Maná, en la provincia de Cotopaxi.
El sitio también colinda con la parroquia Chugchilán, del cantón Sigchos, y está rodeado de imponentes cerros. El nombre Malqui Machay proviene de la lengua quechua y significa, sepultura del cuerpo del progenitor del ayllu (grupo familiar en una comunidad indígena).
El cautivante canto de las aves que revolotean entre los caminantes es una de las cosas que más fascina a los visitantes al llegar a esta zona. Los colibríes son las especies que más llaman la atención. El colorido animal puede ser fotografiado en todo su hábitat.
Varios riachuelos y la diversidad de especies que ahí viven hacen que Malqui Machay tenga un toque de selva virgen, rodeada de misterios y enigmas.
El habitante Galo Sánchez y exconcejal rural indica que Guasaganda tiene una riqueza que debe ser explotada en gran magnitud para que las personas sigan llegando a este lugar. Por ello actualmente se impulsa un proyecto para la conservación de la naturaleza en su estado natural.
William Hidalgo, catedrático universitario, refiere que Machay es un sitio que teletransporta a las culturas de nuestros antepasados. Además, puntualiza que en ese suelo se estudia el asentamiento de los Panzaleo, Yumbo y los Incas
EL ORIGEN
Francisco Moncayo es el administrador y dueño de la hacienda donde se encuentran las ruinas. En 1908, su abuelo compró la finca, pero hace unos 350 años esta maravilla del Ecuador guardaba una historia que Moncayo no conoce.
Francisco cuenta que en Machay hay un pucuyo, que es el sitio donde las momias descansaban. También existe un patio ceremonial de cinco lados, el cual servía para rendirle culto al rey.
Un tramo del lugar tiene un camino similar a las curvas de una serpiente arrastrándose. Aquello es considerado como una prueba simbólica relacionada a los incas.
Moncayo comenta que, como parte del anhelo de dar a conocer más este sitio a los turistas, se realizan los estudios necesarios para instaurar en Machay cuatro fiestas culturales al año.
“Estas serían las dos festividades del solsticio y dos de los equinoccios; la primera corresponde cuando el sol alcanza su mayor o menor altura aparente al cielo. Esta existencia estaría provocada por la inclinación del eje de la Tierra”, explica.
CÓMO LLEGAR
Desde el cantón La Maná existen alrededor de 38 kilómetros para llegar a Machay en caminos de segundo orden. El curso apresurado y torrentoso del río Quindigua acompaña a los viajeros, que cruzan lentamente por los puentes resbalosos construidos con troncos tumbados y amarrados con sogas verdes y empapadas.
Desde Quilotoa toma dos horas llegar y desde el cantón Sigchos unos 30 minutos.
Así opina
“Es un lugar en el cual se adquieren nuevos conocimientos de nuestra cultura. Debe ser más fomentado”. WILLIAM HIDALGO docente
DATO Lo que se conoce
Estudios realizados determinan que se encontraron algunos apellidos de servidores de los incas que empiezan con la letra M. Esto podría significar que las puntas de la letra son las representaciones de las montañas que están cerca, según ese análisis.