¡Encallaron en la terminal!
Nacionales y extranjeros cuentan lo duro que resultó no poder viajar.
Para los venezolanos Manuel Arreaga y José Manuel Roque el finalizado paro en Ecuador les devolvió el sabor amargo de la crisis que por años soportaron en su tierra natal. ¡Lo vivido les hizo mirar la vida ‘por el retrovisor’!
Y es que para estos chamos durante once días, con sus 24 horas, la terminal terrestre de Guayaquil ‘Jaime Roldós Aguilera’ se convirtió -a la fuerza- en su ‘hogar’.
El paro los obligó a esperar a que se acabara para comenzar a recorrer los 665 kilómetros que los llevarían a Tulcán, Carchi, para luego abandonar el territorio nacional.
“Vine hace cinco meses a Guayaquil tras dejar una Venezuela en caos y hoy me topo con un Ecuador que está en crisis”, dijo el entristecido Manuel.
“Estas revueltas nos traen malos recuerdos vividos en Caracas, por eso decidimos dejar el Ecuador. Si no tiene para ustedes, menos para los extranjeros”, dijo el venezolano.
Los chamos intentaban ayer viajar a Cúcuta, Colombia. Sin embargo, si bien había unidades y las carreteras estaban abiertas, los precios no habían bajado aún. “Estamos tratando de que personas de buen corazón nos ayuden a reunir el dinero necesario para completar los 90 dólares que cuesta el pasaje”, comentó José Manuel.
A RIOBAMBA
Otro drama es el que vivía una pareja de esposos de Riobamba, Piedad Lema y Eliberto Daqui, la cual vino a Guayaquil para pasar unos días con unos familiares y el paro los retuvo una semana larga en el puerto principal.
“Dejamos nuestra casa sola, pues pensábamos regresar al día siguiente, sin embargo, nos vimos obligados a esperar”, comentó doña Piedad, quien rezaba todos los días para pedir que todo esté bien en su domicilio. Ella solo anhelaba retornar con su esposo a su hogar y ponerse al frente de la vida diaria que llevan en esa ciudad ecuatoriana.
La mujer dejó entrever su felicidad de poder regresar a su tierra. Un “estoy feliz” quizá resumía sus mejores sentimientos.
A TRABAJAR
La guayaquileña Jéssica Nieto y el peruano Carlos Bonni madrugaron ayer para tomar un bus que los llevara hasta Chanduy, cantón Santa Elena.
“Somos ingenieros y tenemos un contrato con una empresa, pero por el paro no pudimos ir a laborar y nos tocó esperar”, comentaron a EXTRA,
“Todo se retrasó, lo poco que pudimos adelantar lo hicimos vía on line, ahora ya vamos a trabajar en el sitio”, dijeron, mientras estaban en la fila para comprar los boletos.
Estas solo son tres de las miles de historias que dejó el prolongado paro. Muchos de los consultados vieron con optimismo su cese y esperan retomar sus sendas, esas que los llevan al progreso.