¡PARO IMPEDÍA ÚLTIMO ADIÓS!
Después de muchos esfuerzos familiares pudieron viajar al puerto principal para ver cadáver.
Desde la madrugada del domingo, Ismael y Lisbeth conocían de la muerte de su papá, Félix Alberto Reyes Delgado. Sin embargo, el cierre de vías por las manifestaciones indígenas recién a las 09:00 de ayer les permitió arribar a Guayaquil para darle el último adiós.
Los jóvenes residen en Quevedo, provincia de Los Ríos, y al ver el cuerpo de su padre dentro de un féretro estallaron en lágrimas. Félix Alberto es una de las 10 personas que fallecieron la noche del sábado asfixiadas y quemadas en una clínica de rehabilitación clandestina ubicada en la cooperativa Proletarios con Tierra, del Guasmo sur de Guayaquil.
Los restos de Reyes, de 43 años, fueron velados en la casa de sus padres. A las 16:00 fue sepultado en el cementerio Ángel María Canals del suburbio.
Su progenitora, Ninfa Delgado, dijo que antes de ingresar a la clínica de rehabilitación Félix se ganaba la vida vendiendo botellas plásticas que recogía en las calles de la ciudad.
“Ya había recibido tratamiento para dejar las drogas, pero recayó y me dijo: ‘mami ayúdame, quiero internarme’, quien iba a pensar que por buscar una cura a su adicción encontraría la muerte”, comentó la apesadumbrada mujer.
En la casa de la familia Salas Machuca, en la cooperativa Proletarios con Tierra, también se vive un ambiente de tristeza y dolor. Hace menos de dos meses se enfrentaron a la muerte de un ser querido, producto de una enfermedad, y ahora otro de sus integrantes falleció, pero de una manera trágica. La víctima es Jorge Luis Salas Machuca, de 23 años.
Dylan Romero y Jaime Hurtares, primos del fallecido, contaron a EXTRA que ellos descansaban en su habitación cuando escucharon golpes en las paredes y gritos de auxilio.
“Pensábamos estaban saqueando. Luego nos dimos cuenta que provenía de la casa de al lado, donde funcionaba la clínica en la que estaba internado mi primo. Desesperados salimos para ayudar, lanzamos agua, tratamos de romper las paredes, pero las puertas tenían candados enormes. No pudimos hacer nada”, lamentó Romero.
Hasta las 14:30 de ayer, los restos del joven que deseaba ser cantante de música urbana fueron velados en su domicilio. El féretro estaba cubierto con la bandera del equipo de sus amores: Barcelona.
A dos cuadras también son velados los restos de su vecino Ángel Enrique Armijos Vela, de 36 años. Él tenía tres meses internado en la clínica.
LA TRAGEDIA LOS UNIÓ
Para José Galán el siniestro lo ha ‘golpeado’ dos veces. Dos de los fallecidos son sus familiares.
Dennis Vicente Galán Chávez, de 27 años, es su sobrino. Y la otra víctima, Víctor Ángelo Luna Cerna, su hijastro.
Andrea Galán dijo que desconocían que su primo estuviera internado en la misma clínica donde estaba su hermanastro. “Cuando fuimos vimos a mis parientes, también por un familiar muerto en una clínica. Vivimos un luto doble”, expresó con pesar Andrea.
La chica contó que Ángelo antes de ser internado ayudaba a su mamá a vender comida y que le suplicó a sus familiares que lo ayudaran a superar su adicción a las drogas, porque quería ser un mejor padre para sus hijos. Su esposa espera un segundo bebé, tiene cuatro meses de embarazo.
PRISIÓN PREVENTIVA
La tarde del domingo se realizó la audiencia de formulación cargos en contra de Cristóbal Colón Domínguez Bermeo y Nelson Francisco Pineda Morán. Ellos eran internos de la clínica ‘trucha’ en la que fallecieron las 10 personas y presuntamente tenían las llaves que abrían las puertas del centro de rehabilitación.
Los dos sospechosos son investigados por el delito de homicidio culposo, tipificado en el artículo 140 Código Orgánico Integral Penal (COIP), podrían pagar una condena de 3 a 5 años en caso de ser encontrados culpables.
La clínica fue clausurada por el Ministerio de Salud Pública y el Cuerpo de Bomberos.
7 CUERPOS estaban en el baño y tres en la habitación. Los diez cadáveres ya fueron identificados.