¡A trabajar se dijo!
El sector productivo busca amortiguar los efectos del tiempo perdido. La empresa de Durán es una de las más afectadas.
Las calles y carreteras han vuelto a la normalidad, pero tras casi dos semanas de manifestaciones quedan las pérdidas económicas para el sector productivo (más de $ 1.600 millones a nivel nacional), que aún se intentan amortiguar. Ampliar las horas laborales para recuperar las jornadas perdidas será la principal estrategia.
En Guayas, los empresarios de Durán aseguran haberse llevado la peor parte. En los últimos días de protestas, el cierre del Puente de la Unidad Nacional (PUN) interrumpió el paso directo a Guayaquil y al Puerto, haciendo que muchas empresas quedaran aisladas sin poder distribuir bienes y servicios. “Con este paro, todas las empresas se vieron afectadas, pero en Durán la paralización fue mayor. Estimamos que acá apenas se logró trabajar a un 25 %. Se dejó de producir y distribuir, pero también se dejó de concretar futuras ventas”, dice Luis Jiménez, presidente alterno de la Cámara de Industrias de ese cantón y presidente de Senefelder, industrias de artes gráficas que, como todas, hoy también calculan daños.
No solo por lo que dejaron de generar o vender en esos días, aclara Jiménez, sino por lo que les significará el poder recuperarse. En su caso, prevén hacer trabajar la planta las 24 horas, con turnos que ahora incluirán hasta los días sábados; una decisión que, afirma, a su empresa con 480 trabajadores a cargo le representará $ 20.000 cada fin de semana.
Recuperar lo perdido será difícil, dice Julio Zambrano, gerente de Cofina S.A., no obstante, concuerda en que la industria no tiene otra opción que “sacrificar turnos y tratar de que las horas por paga de mantenimiento sean menores, de tal manera de que tengamos más horas de producción”.
En su caso, la distribución de las 120 toneladas de cacao exportable que sacaba a la semana se vio afectada en un 40 %, esto pese a los esfuerzos que tuvo que realizar para tener un menor impacto: se tuvo que activar un expreso para que parte de sus trabajadores lleguen a laborar en días de paro y se tuvo que pagar el alquiler de bodegas para salvaguardar el producto, en trayectos donde no pudieron pasar, por el cierre de carreteras.
Son ejemplos que ejemplifican parte de las cuantiosas pérdidas que la Cámara de Comercio de Quito, hasta ayer, calculó en $ 1.638 millones a nivel nacional. Las mayores consecuencias, según sus estimaciones, estuvieron en el comercio, la industria manufacturera y en el sector de actividades profesionales.
Así opina
El daño es grave, no solo por la pérdida de ventas, sino por la mala imagen del país”.
LUIS JIMÉNEZ
Cámaras de Industrias de Durán