El fuego que acompañó al paro
UN ALTAR CONMEMORÓ A SUS ANCESTROS Y DIVINIDADES
El paro duró once días, pero las comunidades indígenas llegaron a Quito el domingo 8 de octubre y se establecieron -la mayoría- en el ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, un espacio destinado a conciertos y otras actividades artísticas.
En el escenario se colocó un altar, sobre una especie de plataforma de concreto. En el medio una llama y a su alrededor se pusieron flores, frutos y granos, productos que ofrece la tierra.
Según Inti Pilataxi, este altar se lo puso en el centro de todo porque es una conmemoración a sus ancestros.
“Son nuestros abuelos: nina (fuego), yaku (agua), huayra (fuego) y alpamama (tierra)”, explicó.
Inti llegó desde Quijos, provincia del Napo, para apoyar a sus compañeros indígenas en las protestas en contra de la eliminación del subsidio de los combustibles.
“Nosotros no solo reclamamos la derogatoria del decreto. Nosotros defendemos el agua y la vida”, dijo mientras con un palo apagaba el carbón que quedó del ‘fuego sagrado’.
Él fue el encargado de mantenerlo prendido durante toda la jornada de protestas, en el recinto donde aproximadamente 9 mil indígenas se albergaron.
Inti explicó además que luego del acuerdo entre sus dirigentes y el Gobierno Nacional decidieron cerrar el círculo sagrado para apagar el fuego y volver a sus hogares. El lunes, el comunero también fue el encargado de que las cenizas queden totalmente apagadas antes de llevárselas a la Amazonía.
“Las voy a entregar a la mamita tierra. Como agradecimiento a la fortaleza que nos ha entregado durante todos estos días”, expresó.
Según la cosmovisión andina, los cuatro elementos también tienen conciencia y los seres humanos pueden conectarse con ellos para recibir sus enseñanzas y armonizarse. Cada elemento está relacionado con una dirección (norte, sur, este, oeste) y tiene determinadas funciones y capacidades especiales.
El agua simboliza el origen, tanto del universo como de la vida humana, en el vientre materno. El agua enseña a fluir, a ser blandos y a soltar lo que pesa.
La tierra es el soporte del cuerpo físico. Nos conecta con la materia, con lo más denso y pesado. El aire es la conexión que se enlaza con nuestro cuerpo mental. Es la respiración. Y el fuego es el dador básico de energía en forma de luz y calor y por el rayo (Illapa).
Al salir del recinto, las comunidades realizaron un ritual de agradecimiento a sus anfitriones.