¡De los brazos al cielo!
El infante iba con su mamá, quien se debate entre la vida y la muerte.
Marisela Rizo estaba consternada al ver que su primer nieto, de un año y dos meses, estaba en la morgue de Quevedo a la espera de que le realicen la autopsia tras su fallecimiento.
El infante y su madre Diana Enríquez Rizo sufrieron un accidente cuando viajaban como pasajeros de un transporte Macuchi, tipo ranchera (carrocería abierta), por la curva del cementerio del recinto Santa Rosa Baja, vía a Guapara, de la parroquia Moraspungo, perteneciente al cantón Pangua de la provincia de Cotopaxi.
El automotor rodó unos 150 metros por un barranco y quedó destruido en su totalidad. El niño perdió la vida en el acto, mientras que su progenitora quedó gravemente herida.
Enríquez fue llevada, en primera instancia, a Quevedo; luego a Babahoyo y, posteriormente, a Guayaquil.
La madre de la paciente se aferra a un milagro divino para que su hija se salve, pues, según dijo, no estaba preparada para un nuevo acontecimiento de muerte. Además, recordó que hace cinco meses falleció su esposo. Ahora le toca velar a su nieto, por lo que ruega que no le pase nada a su hija.
Sobre el accidente ocurrido el viernes, el hermano de la afectada, Daniel Enríquez, explicó que ella viajaba desde Moraspungo al recinto Guapara para pasar en familia como de costumbre. También informó que aquella tarde era la única pasajera que iba con su hijo.
El familiar pidió a los dueños del automotor que se responsabilicen por el accidente del que se desconoce su origen.
Ayer, los deudos retiraron los restos del niño y los trasladaron a Guapara, donde le darían cristiana sepultura.