¡Momificada en el baño!
La policía ingresó al departamento luego de que la familia dijera que la extrañaban.
En una ciudad plagada de historias, mitos y leyendas urbanas como lo es Madrid, la de Isabel Rivera Molina, una vecina de la calle José Del Hierro 51, se ha ganado un lugar dentro de las más increíbles y macabras.
A la mujer de 78 años la encontraron muerta el pasado martes en el interior de su departamento, el segundo B del edificio. Pero lo que halló la policía en la propiedad a la que accedieron desde el balcón, sin tener que forzar la entrada y apenas deslizando una puerta de vidrio que estaba semiabierta, fue mucho más que un cadáver.
El cuerpo de Isabel yacía en el baño de su casa, íntegramente momificado, lo que indicó que su deceso se produjo muchos años atrás. Entre 14 y 16, establecieron más tarde los médicos forenses que revisaron los restos perfectamente conservados de Molina, que murió en soledad, sin visitas y sin nadie que se preguntara por ella.
La policía cree que el cuerpo no se descompuso debido a la humedad del ambiente, y a la existencia de una rendija de ventilación en el baño, algo que permitió el proceso de conservación del cadáver hasta momificarlo.
Fue la insistencia de los vecinos lo que forzó, tantísimo tiempo después, que la policía llegara hasta el departamento de la mujer a investigar qué sucedía con ella. Hacía tiempo que venían advirtiendo la falta de movimiento en el departamento, y que no veían a Isabel ni sabían nada de ella.
Los vecinos recuerdan que la última vez que la vieron fue en septiembre de 2004, cuando ya nadie frecuentaba su departamento. Poco antes de esa fecha Isabel no era una mujer solitaria, como en los últimos tiempos en que se supo de ella. Compartía su casa, y su vida, con un arquitecto del que había sido amante por años, y con el que formó pareja una vez que él se separó de su antigua esposa.