Una velita por el alma del Chino
Moradores se enteraron de la muerte del joven vecino a causa de una puñalada en el tórax. El habitante habría estado en compañía de otros sujetos, quienes se dedicaban a ‘chupar’, según la versión de testigos.
En medio de un reguero de sangre, pipas de manzanas y gran cantidad de fósforos quemados, quedó el cadáver de un menor de edad.
Familiares y amigos lo conocían como el Chino, quien la madrugada de ayer fue apuñalado por un sujeto. Sucedió durante un altercado en una escalinata de cemento.
La cuchillada que recibió cerca del corazón lo mató de inmediato. Su cuerpo se desplomó, rodó unas gradas, se desangró hasta fallecer.
El hallazgo del cadáver ocurrió aproximadamente a las 06:00. Fueron transeúntes que habían salido de sus hogares con rumbo a distintas actividades.
Apenas empezaba el día, la trágica noticia se ‘regó’ entre los vecinos del barrio La Colmena, en el centro de Quito.
“Han matado al pobre muchacho, clavándole un cuchillo”, manifestó una moradora, quien desde la calle fijó la mirada al fondo de la escalinata e identificó al fallecido.
Los vecinos apresurados salieron de sus viviendas y descubrieron una escena triste y sangrienta. El adolescente había sido presa de la violencia, presuntamente al calor de los tragos.
El hecho fue reportado al ECU-911, para que agentes de la Policía acudieran a la escena del delito, entre las calles Caras y Numacuro.
Miembros de Criminalística y Dinased llegaron al sitio y verificaron el cuerpo del menor de edad, quien tenía una profunda herida en la parte izquierda del tórax.
Tras las diligencia de ley, en medio de la consternación de los parientes, el fallecido fue llevado a la morgue. Una pequeña velita fue encendida cerca del reguero de sangre, por el descanso eterno del muchacho.
Inmediatamente los agentes empezaron con las averiguaciones para saber las circunstancias del hecho violento e identificar al presunto autor del delito.
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Huérfano
Una vecina que pidió la reserva de su nombre comentó que el muchacho era huérfano y vivía con la abuelita.
“El caso es que los jóvenes se dedican a beber bastante los fines de semana y cuando están pasados de tragos surgen las peleas que terminan en fatales consecuencias”, expresó una madre de familia.