¡Paraíso socialista se dolarizaría!
¡Ante la hiperinflación florece el billete Made in USA!
El caos económico y la hiperinflación están produciendo la brusca aceleración de la dolarización en Venezuela. La situación ya no es circunstancial y ha penetrado los filamentos de la economía. En el país sudamericano ya se cobra habitualmente en divisa estadounidense las consultas médicas y odontológicas privadas, los seguros, los servicios turísticos, los electrodomésticos y las cocinas, los inmuebles, las cuentas del restaurante, la educación privada.
Incluso las actividades comerciales menores, como las visitas a la peluquería, las compras en el mercado y los traslados en transporte. En muchos casos, las ventas se ofrecen en dólares “o en bolívares, de acuerdo a la tasa oficial del día”.
La dolarización de la economía venezolana divide al país en dos tipos de ciudadanos: los que tienen dólares y los que no los tienen. Los primeros sobreviven, los segundos malviven. El salario mínimo en la Venezuela de Nicolás Maduro es uno de los más bajos de América: 7,5 dólares al mes.
La tasa anual de inflación hasta lo que va de 2019 es, según los cálculos más conservadores, de 1.500%. Las personas que cobran remuneraciones únicamente en bolívares tienen que depender de los subsidios oficiales.
La expansión del dólar como segunda moneda es tolerada por el gobierno de Nicolás Maduro, pero se encuentra en un limbo. La administración, quebrada y sancionada internacionalmente, al estar sedienta de divisas y de recursos, y sin política antinflacionaria, ha desregulado al máximo las transacciones cambiarias y reducido los aranceles para poder respirar. Muchas empresas grandes y medianas ofrecen remuneraciones totales, o bonos complementarios, en dólares, y los empresarios pueden importar productos sujetos al dólar.
HIPERINFLACIÓN
Venezuela está aquejada por una exceso de circulante que tiene a la economía en bancarrota.