¡Pagó caro su valentía!
La víctima intentó evitar el robo, pero recibió varios disparos.
El sentimiento que sintió ayer Janeth Espinoza fue doble. Estaba triste pero, a la vez, la embargaba una impotencia. Su cónyuge, Aladino Marcelo Cabezas Quiñónez, falleció ayer a punta de ‘plomo’ solo porque quiso evitar que le roben sus pertenencias.
Cabezas estaba junto a nueve compañeros de labores en sus últimos minutos de vida, previo al asalto. Trabajaban en la construcción de unas escalinatas, en la cooperativa Horizontes del Fortín, al noroeste de Guayaquil.
Mientras transcurría la jo rnada, a las 12:30, dos delincuentes llegaron a la colina donde estaban los jornaleros y los intimidaron con armas de fuego. “¡Todo mundo al piso!”, gritaron los implicados, según contó uno de los trabajadores, quien evitó identificarse por temor a represalias.
Los individuos le rompieron la cabeza a golpes al jornalero y se le llevaron el celular y la billetera, igual que al resto de sus camaradas.
Pero cuando los atracadores quisieron hacer lo mismo con Cabezas, él puso resistencia. Esa fue su sentencia de muerte, pues pagó muy caro su valentía.
“Fueron tres disparos en la cabeza, uno en la espalda, uno en el glúteo y otro en el abdomen”, explicó el mayor de Policía William Herrera, jefe de la Unidad de Muertes Violentas de la Dinased.
El gendarme añadió que los sospechosos llegaron a pie a la populosa zona de calles polvorientas y sometieron a los afectados en el piso.
Herrera arribó junto a otros colegas de la misma unidad policial al lugar para iniciar las indagaciones. También llegó otro grupo de uniformados de Criminalística.
El fiscal Fabricio Neira, quien autorizó el levantamiento del cadáver, informó que el fallecido tenía cinco impactos de bala en el cuerpo.
DESCENDIENTES
ALADINO CABEZAS era padre de cuatro vástagos, según informó su conviviente. El crimen ocurrió ayer a las 12:30.