Extraña culebrones venezolanos
El artista fue galán de algunas telenovelas del país caribeño, pero ya nada queda de aquella época dorada por la situación de la nación.
‘Amantes de luna llena’, ‘Cosita rica’, ‘Pecado de amor’, ‘La viuda joven’, entre otros son algunos de los títulos de las telenovelas en las que el actor venezolano Luis Gerónimo Abreu participó y que se vieron en Ecuador.
Él era parte de aquellas historias cuando en Venezuela se producían los llamados culebrones, en donde las telenovelas tenían entre 150 a 200 capítulos.
En la actualidad, según una reciente publicación de la BBC, se intenta hacer seriados de máximo 60 capítulos, pero sin los grandes presupuestos que había en la década de los 80 y 90.
Las condiciones del país tampoco se los permite por los constantes cortes de luz, cierre de vías, fallos en la comunicación o la inseguridad.
Abreu estuvo de visita en Ecuador y con nostalgia contó a EXTRA extrañar la época dorada de la televisión. Él fue parte de historias hechas por el canal Venevisión, en donde ahora ya casi no trabaja nadie.
“La extraño, sobre todo la mística del trabajo y la calidad de las telenovelas, la cantidad de cosas que se hacían al año y los sueldos que habían”, mencionó.
“Me da mucho dolor, rabia e impotencia porque nunca creí que esto iba a pasar”, aseguró y se ha entristecido al ver cómo algunos de sus colegas les toca dedicarse a otras cosas o; incluso, que se han quedado en la calle.
También hay otros que han migrado y que en otros países no han logrado conseguir el éxito en su rama, sino emprender en otros oficios como Ricardo Álamo, quien participó en la novela ‘Cara sucia’, y que ahora es taxista en Estados Unidos o Guillermo García que reparte pizza.
Abreu, quien está triunfando en el exterior y es el protagonista de la famosa serie ‘Bolívar’, de Netflix, no pierde la esperanza de que las cosas cambien y la pantalla chica venezolana vuelva a tomar fuerza.
“Me encantaría volver a mi país y hacer telenovelas, reencontrarme con todos mis amigos”, mencionó.
En ocasiones ha podido visitar Venevisión, canal donde trabajó casi 30 años, y se deprime cada que va porque “cada vez hay menos gente, se hace menos cosas, me deprime ver que no es lo que era antes”.
Explicó que antes había un sinnúmero de personas que caminaban por sus pasillos y que ahora se vuelven fríos, ya que la gente ya no corre por ahí con la adrenalina de hacer televisión.