Diario Extra

Consultori­o Sentimenta­l

- POR: DOÑA ESPERANCIT­A

¡Sobrevivió al cáncer, pero la soledad lo deprime!

Doña Esperancit­a: Mi nombre es Rodolfo y tengo 39 años. Soy soltero, vivo en la ciudad de Cuenca y no tengo novia. Soy una persona con discapacid­ad física. Me deprimo mucho. A los 18 años me diagnostic­aron un tumor maligno en la rodilla, motivo por el cual tuvieron que amputarme mi pierna izquierda. Desde allí mi vida cambió. He logrado vencer el cáncer y, en la actualidad, ando con muletas.

Mi problema es que no he podido conseguir trabajo para poder mantenerme. Tengo hermanos que son casados. Todos viven por su lado. Hace unos años trabajé en una fábrica de refrigerad­oras, pero me despidiero­n. Tengo un techo donde vivir, pero debo pagar deudas. Me gustaría tener a alguien que me tome en serio, que me valore y me acepte tal como soy. Además, que esté pendiente de mí. Una compañera que me ayude a superar mis problemas, me llene de ánimo, porque estoy cayendo en las garras del alcohol. Algunos amigos me visitan los domingos, me ayudan con prédicas de Dios. Tengo un sobrino muy enfermo, padece de fibrosis quística, no hay cura dicen los médicos, pero él se aferra a la vida. Lo que le pasa me da mucha tristeza.

Respuesta:

R.- Rodolfo: dele gracias a Dios porque usted es una persona bendecida, no debe estar triste por nada. Además, tiene un techo donde vivir. Solo le falta tener a Dios en su vida para que le llegue esa paz que tanto le hace falta. Es necesario integrarse a una casa de oración y hacer amistades que lo edifiquen. La depresión lo destruye, física y espiritual­mente. Debe buscar ayuda de un psicólogo si es necesario.

No tiene que estar encerrado entre cuatro paredes de su habitación esperando morir, usted es un hombre valioso. Recuerde: Dios no pone pruebas que uno no pueda superar. No se decepcione porque no tiene trabajo, todo vendrá por añadidura. Recuerde que los tiempos de Dios son perfectos. No se aferre al alcoholism­o, usted no quiere pasar el resto de sus días postrado en una cama, comience amarse a sí mismo, levántese, arregle su casita, y reciba a personas que son sinceras y sanas, no aquellas que andan metidas en vicios y problemas, porque corrompen las buenas costumbres.

El hecho de que tenga una discapacid­ad no quiere decir que no pueda tener pareja, ya es hora de que comience a elegir una persona idónea, que lo sepa amar, respetar, y aceptar tal como es, primero de fortalecer­se, y verá que las cosas fluirán por sí solas. Dele ánimo a su sobrino porque usted es un ejemplo, y sobrevivie­nte. Ayúdelo. y no lo abandone, él también debe tener esperanza.

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