Aumenta la devoción a la tercera santa ecuatoriana
Ante la urna de cristal donde yace el cuerpo de la santa Narcisa de Jesús, Petita Hernández Alay, de 82 años, oriunda del cantón Paján, Manabí, musitaba sus plegarias.
La mujer que participó del acto litúrgico con el cual se recordó los 150 años de la partida al cielo de la Violeta de Nobol, señaló que toda su vida ha sido devota de Narcisita, porque ella ha intercedido en milagros para su familia. “Me ha curado de muchas enfermedades, entre ellas las rodillas, espero me siga mejorando”.
Para Silvia Martínez Guaranda, de 30 años, santa Narcisa obró en el milagro a una prima que enfrentó un parto riesgoso. Su pariente alumbró bien a su niña y ahora ella anhela que la santa también intervenga para que su criatura nazca bien con la bendición de la que considera su patrona.
Mariana Morán Rodríguez, de 64 años, también expresó ser una fiel devota de Narcisita a la que acude desde que tenía 40 años. “Hace 15 años, mi esposo Leonidas Plaza Soto tenía un lunar maligno en su rostro, pero al visitar a Narcisita lo curó”, dijo convencida.
Así, desbordados de fe, concurrieron cientos de creyentes al santuario de la tercera santa ecuatoriana, nacida en Nobol, y participaron de la misa de acción de gracias realizada el lunes, la cual estuvo presidida por monseñor Marcos Pérez, arzobispo de Cuenca, Azuay, y otros representantes de la iglesia y rememoraron a Narcisa.