Delfín les curó las heridas
Todos lucían una camiseta del equipo campeón. Contaron a EXTRA que las secuelas del terremoto del 2016 fueron borradas por el título del domingo.
Erasmo Pilligua no se cansa de ver la tanda de penales. Al menos cinco veces la ha repetido. Asegura que por momentos no puede creer que su Delfín haya sido campeón.
Bromea al decir que en todas las repeticiones su equipo salió airoso. Se emociona cuando observa que Ortiz le ataja el penal a Martínez Borja y suena el grito de Delfín campeón.
“Me levanté hoy y como que es difícil asimilarlo. Pero es real, estamos en la historia, primer equipo manaba que alza la copa, somos el mejor del Ecuador en este 2019”, dice el comerciante residente del barrio Nueva Esperanza de Manta.
No es un lunes cualquiera. En el puerto manabita se respiran aires de felicidad. Los problemas han quedado a un lado, el fútbol se ha sobrepuesto sobre las dificultades.
En pleno centro de la urbe Jorge Espinoza viste con orgullo la casaca cetácea, la sonrisa se le nota de oreja a oreja. Su equipo es el motivo, salió a vender jugos de limón con panela con los ánimos por arriba.
“Es un momento diferente, no se lo vive siempre. Lo veníamos intentando en otras ocasiones y es algo gratificante que el esfuerzo del día a día tiene sus frutos”, expresó.
El hincha expuso sus sentimientos y dijo que tras el terremoto, muchos mantenses quedaron dolidos y aún con cicatrices que son difíciles de borrar.
“Pero el fútbol nos alivia, Delfín nos cura esas heridas con este campeonato, nos motiva, nos levanta, las deudas, cualquier problema queda atrás”, dijo.
EN EL MAR CON DELFÍN
Quienes cumplen sus jornadas laborales frente al mar también se dieron tiempo para revelar su alegría. Los estibadores navales arrancaron el lunes con positivismo, con las pilas puestas.
Ricardo Vera es de Chone, pero lleva más de 20 años en Manta. Se considera un ‘pata salada’ más. Dijo ser hincha del Delfín a mucha honra.
“Aunque la situación económica está difícil, la emoción hizo que me tomara dos botellitas de currincho, venimos a trabajar en un arranque de semana especial”, señaló.
Otro de los trabajadores que hacen su vida en la playa, Geovanny Vera, se refirió al título como una alegría inmensa, indescriptible.
“Hemos roto barreras, hemos tumbado grandes chequeras, se han tapado bocas. Gracias a Dios y la Virgen Santísima tuvimos un ángel en el arco que nos llenó de alegría. Hemos llorado, sufrido y ahora tocamos la gloria”, expresó sonriente el estibador.
En Altamar también hubo espacio para la alegría. A través de radios de amplitud modulada hinchas como Tony Rivera se enteraron del logro delfinista.
Los pescadores se identifican mucho con el ‘Poderoso del puerto’, es así que desde las lejanías del océano el grito de euforia también se vivió.
2016
FUE UN año duro que se opacó con el título que ganó Delfín.