Diario Extra

“No quería salir así, pero ya no encajaba en el proyecto del club”

Luego de 10 temporadas el volante esmeraldeñ­o no continuará en el cuadro azul. En 2010 llegó a préstamo por un año, pero jamás imaginó quedarse por mucho tiempo.

- Daniel Pin Icaza / Guayaquil

Pedro Quiñónez jamás imaginó que su permanenci­a en Emelec iba a durar tanto tiempo. En 2010 el volante esmeraldeñ­o llegó a préstamo al cuadro millonario, procedente del Santos Laguna de México, con la idea de que solo iba a jugar una temporada en este club, pero su destacada actuación motivó a que Nassib Neme hiciera uso de la opción de compra.

Una década después de su llegada al Ballet, Quiñónez reconoce que esta no era la forma que se imaginaba salir del club guayaquile­ño, pero dice que se va con la satisfacci­ón de que lo está haciendo por la “puerta grande”.

El futbolista, de 34 años, asegura que pretendía seguir jugando por más tiempo en el Bombillo, aunque está consciente de que no encaja en el proyecto deportivo que buscan la dirigencia y el cuerpo técnico.

Pese a que este no era el desenlace que esperaba, el Capi afirma que nunca se arrepentir­á de haber aceptado la propuesta del Foco.

Fueron diez años en los que fue considerad­o uno de los pilares fundamenta­les de este Emelec, con los que alcanzó cuatro títulos y cinco vicecampeo­natos nacionales. ¿Cómo se sintió cuando le notificaro­n sobre su salida?

Triste. Me veía jugando unos años más en Emelec, pero así es el fútbol y la vida, por lo que uno tiene que estar listo para encarar este tipo de situacione­s. No quería esto, pero lamentable­mente no se dieron las cosas.

¿Lloró al saber que no iba a continuar?

Me considero una persona sentimenta­l, creo que todos lo somos, pero esta vez no lloré porque de este tema venía hablando con el presidente del club. Así que no me tomó por sorpresa.

¿Cuál fue el motivo de su salida de Emelec?

El cuerpo técnico y el club tienen otro proyecto, en el cual no encajo. Esto no pasa porque ya no tenga condicione­s, sino más bien porque el equipo busca tener jugadores jóvenes, con proyección a la venta y soy consciente de que a mis 34 años no podría ser vendido al exterior.

¿Cuál es la espina que nunca se pudo sacar con Emelec?

Ganar la Copa Libertador­es. Varias veces tuvimos buenas participac­iones, armamos un gran plantel, pero lamentable­mente no pudimos conseguirl­o. Esa es la pica que me llevo, ya que no pude cumplir ni con mi familia, ni con la hinchada.

¿Es cierto que antes de llegar a Emelec tenía todo arreglado con Barcelona?

Así fue. Mientras jugaba en Santos Laguna (2009) venía hablando con un directivo de Barcelona ese año. La oferta económica que me estaban haciendo era muy atractiva, pero primero quería asegurar el 20 por ciento antes de firmar, pero aquel directivo me daba largas, me decía que un sponsor iba a pagar mi llegada, por lo que no tenía nada fijo.

Así que cuando llegué a Guayaquil, a inicios de 2010, ya estaba todo listo para ser presentado en el aeropuerto por la gente de Barcelona, pero 10 minutos antes llegó Luis Idrovo, coordinado­r azul en aquel año, y me indicó que Nassib Neme quería hablar conmigo. Me ofreció pagarme algo similar a lo que ganaba en México, y si es que quedábamos campeones me iba a pagar lo tenía pensado recibir con los amarillos. Le dije que no tenía nada firmado con Barcelona y así que no dudé en firmar con Emelec.

¿Cómo quedó con la gente de Barcelona?

Muchos me criticaron, pero uno vive de esto. Soy el pilar de mi familia y tengo que velar por el bienestar de ellos. Los directivos de ese entonces nunca me concretaro­n nada, los esperé mucho tiempo. Así que no me arrepiento de nada, pues haber llegado a Emelec fue mi mejor decisión.

¿Ahora cuál será su rumbo?

Estoy contento porque tengo opciones internacio­nales de China y Tailandia. Además, las de un par de equipos locales. Aún no he definido nada, porque espero tomar la mejor decisión para mi familia.

¿Cómo llegó Pedro Quiñónez a ser futbolista?

Pese a que nací en Esmeraldas, mis primeros pasos se dieron en Machala, ya que cuando tenía ocho años nos mudamos a esa ciudad, porque a mi mamá le salió un trabajo ahí. Cuando llegamos a Machala vi que había un equipo que se llamaba Fedeoro y le pedí a mi madre que me llevara, pero como era pagado ella no tenía posibilida­des.

Un día de tanta insistenci­a me llevó y ella habló con el profe Lucio Armijos. Él le dijo que si era bueno me becaban, pero si no tenía que pagar. Así que luego de mi primer entrenamie­nto el profe le pidió de inmediato los papeles a mi mamá para inscribirm­e en el equipo. (risas)

¿Cómo se dio el salto a El Nacional?

Luego de jugar un torneo infantil con Fedeoro en Guayaquil, a mis 13 años, hubo un par de directivos que se interesaro­n en mí: uno de un equipo de Lima y otro de El Nacional. Ellos hablaron con mi mamá, le dijeron que tenía condicione­s. Al inicio mi mamá no me quería dejar ir, pero la convencí para ir a El Nacional.

¿Cómo fue su proceso en el equipo militar?

En la parte deportiva muy buena, ya que aprendí mucho, pero por otro lado como el club pasaba por problemas económicos, a los chicos que veníamos de otras ciudades ya no nos podían tener en la concentrac­ión. Tuve que ‘arrimarme’ en casas de otros compañeros, pero todo eso cambió cuando cumplí 16 años, ya que me dieron la oportunida­d de llegar

al equipo de primera.

¿Qué fue lo primer que hizo con su primer sueldo?

Cuando llegué a la sub-16, El Nacional me daba un sueldo de 150 dólares. Lo primero que hice fue mandarle $100 a mi mamá y me quedaba con $50. Cuando llegué a primera, a los 16 años, me subieron el sueldo a $1.200, por lo que mandaba $1.000 a mi casa y me quedaba con el resto. Ya luego la directiva de El Nacional me ayudó para irme a vivir a un departamen­to y ahí empecé a comprar mis cosas: cama, televisor, nevera y demás.

¿Cuánto terminó ganando en el club militar?

Antes de mi salida al Santos (2009) terminé ganando diez mil dólares. Era uno de los mejores pagados del club en ese entonces.

¿De los tres clubes por los que ha pasado con quién tuvo mayor amistad?

Con Christian Benítez. Con él empezamos en El Nacional a los 13 años, nos conocimos desde chiquitos. Hicimos una buena dupla. El fútbol me ha dado la oportunida­d de conocer mucha gente, pero ninguna amistad como la que tuve con el Chucho. Cuando nos conocimos hicimos la promesa de que íbamos a llegar a primera para ayudar a nuestras familias.

¿Cómo se ve en un futuro?

Me veo como técnico. Estoy por obtener mi título y lo utilizaré cuando llegue el momento de mi retiro.

¿Cuándo se piensa retirar?

Creo que cuando cumpla 37 o 38 años.

 ?? Fotos: Jimmy Negrete / Extra ?? Quiñónez llegó en 2010 al Ballet y desde entonces se convirtió en una de las piezas fundamenta­les del club.
Fotos: Jimmy Negrete / Extra Quiñónez llegó en 2010 al Ballet y desde entonces se convirtió en una de las piezas fundamenta­les del club.
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