Diario Extra

Noqueó, pero no se sintió feliz

Los nervios traicionar­on a Érick Bone en su esperado regreso al boxeo, del que se ausentó por un año. Derrotó al colombiano Segundo Herrera, pero ese fue un triunfo que no lo complació.

- Pamela Castillo Díaz / Quito

Venció por nocaut en el tercer asalto, en una pelea que estaba pactada para 10, pero aún así no salió feliz del cuadriláte­ro.

Érick Bone, en su regreso al boxeo después de un año de ausencia, no quedó conforme con su triunfo, porque siente que no fue suficiente para devolverle el lugar que le correspond­e en este deporte.

“Antes de dejar de lado el boxeo era mucho mejor. Peleaba mejor, tenía técnica. Siento que no fue suficiente, siento que pude hacerlo mejor”, se lamentó el púgil portovejen­se en diálogo con EXTRA. Además, confesó que hubo un factor que le jugó en contra: estuvo extremadam­ente nervioso en la pelea, comentó, y eso le ocasionó movimiento­s más pausados a los que recordaba que hacía sobre la lona.

Su regreso fue ante el colombiano Segundo Herrera, de quien poco se conoce en vídeos publicados en redes sociales. “Él parecía ser un rival cualquiera, no daba impresión de mucho. Pero un solo golpe de él es capaz de dejarte en el piso. Es un boxeador lento, eso sí, pero con un solo golpe compensa todo”, narró Bone.

En poco menos de media hora, el combate entre estos dos pugilistas había terminado, porque Bone propinó su ‘toque secreto’: el golpe cruzado que es capaz de marear a cualquiera. “Pero él aguantó bastante. Más de un golpe le di y él se tambaleó, luego hasta se cayó, pero enseguida se levantó. Pero cuando le di el otro golpe, ahí sí ya no pudo y gané”.

Pero, pese a las ovaciones y al ansiado triunfo, nuevamente, Bone se lamentó por su desempeño en el cuadriláte­ro. “Sentí que no era yo. Solía tener una pelea muy rápida, que era difícil de adivinar por el rival. Y de pronto contra Herrera me vi lento, tanto que la pelea se volvió pausada incluso por el estilo de él mismo. Estuve demasiado nervioso, no podía respirar. Necesito seguir enfocándom­e”, comentó.

FIESTAS Y CUENTA NUEVA

Como ya se ha narrado la historia de Bone, el boxeador rompió su núcleo familiar y todavía no sabe con quién y dónde pasará las fiestas navideñas. Su hijo Caleb, de 7 años, reside en otra ciudad del país con su mamá y exesposa del boxeador portovejen­se.

Además de eso, Bone está próximo a celebrar su cumpleaños, que será el próximo 23 de diciembre, el día que sume “31 vueltas” a su vida, como contó a este Diario.

“Aún es pronto para pensar en un siguiente combate, pero creo que está pactado uno para febrero. Tengo que seguir entrenando duro y tengo que volver a encontrar mi estilo de pelea para volver a ser el boxeador que fui”.

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Foto: Karina Defas / EXTRA El ecuatorian­o Érick Bone durante el evento de pesaje previo al combate en la capital.

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