¡DEJADO A SU SUERTE!
¡Detalles inéditos del hombre que lleva un año abandonado en un hospital!
Con dolores en el pecho y síntomas de desmayo, una persona caritativa llevó a Julio Caldas hasta el área de consulta externa del hospital general del Guasmo. A los pocos días, los médicos le dieron el alta, pero el paciente no quiso irse, al contrario, insistió con quedarse en la casa de salud situada en el sur de Guayaquil. Desde entonces ha transcurrido un año.
Los exámenes que le efectuaron los médicos de la entidad detectaron que el hombre, de 51 años, había sufrido un evento cerebro vascular, debido a que es una persona que padece de hipertensión arterial y diabetes.
Julio permanece asilado en la habitación
303, la que pocas veces se abre para las visitas, a más de los médicos y enfermeros.
No es por decisión del paciente ni de la institución, sino porque quienes en algún momento dijeron que eran familiares de Julio acudían cuando se acordaban, que en realidad era casi nunca. La última visita la recibió hace tres meses, y eso por unos minutos.
A propósito, quienes han hablado con él comentaron que poco se acuerda de sus familiares, o en donde habitaba.
Por ahora, el hospital se ha convertido en el hogar de Julio, quien muestra una buena mejoría: camina por los sitios autorizados y digiere los alimentos sin ayuda.
Eso sí, las enfermeras lo apoyan en el momento de bañarse, en las terapias diarias y en la ingesta de la medicina.
Rody Santacruz, coordinador de Control de Calidad de la casa asistencial, admitió que no han logrado el acercamiento familiar, punto clave para su reinserción a la sociedad.
El poco interés de sus seres queridos lo han ‘bajoneado’, especialmente en fechas de unión familiar como Navidad o fin de año.
Haciendo referencia a la campaña ‘Hagamos un trato por el buen trato’, el personal del hospital trata de ayudarlo en la recuperación de la armonía emocional, brindándole ánimo e incentivándolo en actividades lúdicas.
La dirección del hospital ha buscado el apoyo de instituciones o casa hogar interesadas en ayudar al paciente; sin embargo, no hay repuesta hasta el momento, debido a que no es un adulto mayor y el grado de discapacidad es mínimo.
“Por un tema de componente social, el paciente queda con nosotros hasta lograr un acercamiento con familiares y que regrese a casa
o a una entidad como casa hogar para garantizar su seguridad”, indicó Santacruz.
Pero el funcionario insistió en la importancia en que se presenten los familiares para que Julio se sienta motivado y salga del letargo emocional en el que se encuentra.
El paciente olvidado anhela con que algún día la puerta de la habitación 303 sea abierta por sus familiares y lo lleven a su hogar.
El personal del hospital también espera un final feliz, por el bienestar de Julio. Por lo pronto seguirán atendiéndolo en lo que esté en su alcance.
DATO
El hospital general del Guasmo insiste en el apoyo de entidades que deseen acoger al paciente.