¡Murió por salvar a su amigo!
Los tres laboraban en la bodega de un barco. Uno se cayó y el otro corrió en su auxilio y ninguno de los dos salió. Un tercero fue a ver qué ocurría y también corrió con la misma suerte.
“Te quiero, cuídate mucho y guarda dinero para regresarnos a nuestra querida Venezuela. Me voy a trabajar”. Esas fueron las últimas palabras con las que el venezolano Anthony Javier Pereira Carrizo, de 19 años, se despidió de su primo hermano Antonio Urpin, antes de acudir a laborar en el mantenimiento de un barco, frente a las costas de Jaramijó, provincia de Manabí.
La tarde del lunes 3 de febrero, el ‘chamo’ oriundo del Estado de Mérida acudió a cumplir con su j ornada laboral sin imaginar que el destino le tenía preparado un f i nal inesperado. Él, otro coterráneo y un colombiano perecieron asfixiados por ‘gases desconocidos’.
Un allegado de Pereira, en medio de lágrimas, lo describió como alguien alegre, un poquito loco, único, muy trabajador y solidario. Este último valor humano se puso en manifiesto a eso de las 21:00 de la trágica noche. Varias personas trabajan en la cubierta del barco ‘Jorge Mario’ cuando ocurrió la desgracia.
Aparentemente un movimiento brusco de la embarcación provocó que uno de los trabajadores cayera hasta el lugar donde se almacena el producto pesquero.
Anthony, al percatarse de lo sucedido, se aproximó con la intención de ayudar a su amigo. Sin embargo, no volvió. Un tercero acudió a ver qué sucedía y corrió con la misma suerte.
“Se cree que la persona que cayó rompió una tubería y eso desprendió un gas que afectó a los otros, él quiso salvarle la vida a su colega, pero los tres murieron”, expresó el familiar en las afueras de la morgue de Manta. Él y otro amigo acudieron a realizar los trámites para retirar el cadáver.
Beatriz Carrizo, madre de la víctima de este accidente laboral, está devastada por lo sucedido lo que le impidió acudir a realizar las diligencias de su hijo.
“Es el único hijo, él era el sustento de su hogar, ahora todo ha cambiado, esto nos ha golpeado a todos y nos rompe el corazón”, expresó entristecido.
El cuerpo de Pereira será cremado y luego trasladado hasta su natal Venezuela. En Manta residía hace dos años en la ciudadela La Aurora, donde sus vecinos también lamentan lo sucedido. “Es una tragedia, hasta las 7 de la noche llamó a su casa, fue su despedida. Él alquila en nuestra casa, tiene su esposita y esto también nos duele, son una buena familia porque ellos se ganaron nuestro cariño”, lamentó Hernán Sánchez.
COMO UN HERMANO
Otra de las víctimas del percance en el barco fue identificado como Moisés Aaron Corrales Corrales, de 19 años, también de nacionalidad venezolana. Carlos Delgado llegó hasta el Centro Forense de Manta y lloraba por la muerte de quien era su amigo, pero que quería como a un hermano.
“Ellos pasan por una necesidad grande, soy cristiano y hay que ayudar a nuestro prójimo. Lo conocí en el muelle pesquero, noté que era humilde y trabajador, lo llevé a vivir a mi casa porque así lo quiso Dios”, dijo.
Delgado, entre sollozos decía que no podía creer lo que había sucedido. “Hasta ayer conversé con él, lo vi y me dijo que estaba alegre porque iba a trabajar. Estaba luchando por su familia que tiene en Venezuela”, expresó con nostalgia.
Corrales y Delgado se unieron además por el vínculo de su religión y acudían a la Iglesia Apostólica del Nombre de Jesucristo.
MÁS DE...
Fallecido
El tercer fallecido fue identificado como Carlos Eduardo Henao Ocampo, de nacionalidad colombiana.
Gas
En el hospital de Manta se informó que recibieron dos pacientes que aspiraron un gas no determinado.
Heridos
Ambos presentaban traumas cráneo encefálico leve y se retiraron conscientes.