“Debía traer a mi hijo, vivo o muerto”
Hace cinco años Patricia Sarmiento enfrentó el duelo, al perder al padre de sus dos hijos en un accidente de tránsito. Esta vez, la mujer vive una tragedia parecida, pero con un matiz más triste, porque la víctima mortal es el mayor de sus vástagos, Cristhian Rubén Pino Sarmiento, de 23 años.
Patricia se enteró de la desgracia por familiares, que habían visto el suceso en redes sociales, entre los muertos aparecía el nombre de Christian. Con la esperanza de que se tratara de un error, viajó hasta el vecino país.
“Debía traer a mi hijo, vivo o muerto. Apenas llegué a Perú fui a varios hospitales. Habían muchas madres, en la misma situación, desesperadas buscando a sus hijos”, indicó la señora.
El cuerpo de Rickitillo, como lo conocían sus amigos de la barra Sur Oscura, estaba en la morgue de Zorritos, en el departamento de Tumbes en el norte de Perú.
La progenitora comentó que nunca estuvo de acuerdo con los viajes de su hijo y que varias veces lo aconsejó para que ya no se fuera.
“Christian era un chico alegre, soñador, me decía que quería en familia viajemos a Galápagos. Desde los 8 años era fanático de Barcelona. Recuerdo que fue su padrino quien lo llevó al estadio”, rememoró Patricia con sus ojos llorosos.
También dijo que el primer viaje acompañando al equipo Torero, fuera del territorio ecuatoriano, lo hizo cuando tenía 18 años.
El chico había visitado Colombia y Perú, en una ocasión anterior. Esta vez hizo la ‘vaca’ y juntó $ 80 para alentar al equipo de sus amores.
Patricia mencionó que siempre vivió con el temor de que su hijo tuviera problemas con algún integrante de otra barra, pero nunca por su cabeza se le pasó la idea de que falleciera igual que su papá en un accidente de tránsito.
Los restos del chico serán sepultados hoy en el cementerio de Durán.