¡Un código contra la violencia de género!
Cuando una persona que ha sido agredida llega a la casa de salud, se activa y un equipo capacitado brinda la atención.
Sofía ingresó al hospital por el ala de emergencias. Tenía lesiones en su cabeza y ampollas en el cuerpo. ¿Por qué? Su expareja la había agredido. Y la atención que recibió en ese momento fue primordial. Todo bajo el Código Púrpura.
Como ella, 83 mujeres más forman parte de las estadísticas de violencia de género que se registraron desde el 6 de septiembre de 2019 hasta el 10 de febrero de 2020, cuando empezó a ejecutarse este código en el hospital del IESS Sur, ubicado en El Calzado.
Según Hugo Espejo, subdirector de Medicina Crítica del hospital, este se activa cuando una víctima –con este tipo de agresiones– llega por atención.
“Es difícil prevenir la violencia, pero al menos garantizamos que las personas que la sufren tengan respuestas efectivas y se sientan acompañadas”, explica el experto.
Sofía confiesa que no se había alejado de su agresor por miedo y vergüenza, porque era el padre de sus hijos... “Veía un cambio, aunque no era permanente, era pasajero”, relata. Ahora ella recibe tratamiento psicológico.
¿CÓMO FUNCIONA?
En la toma de signos vitales (triaje), la enfermera hace preguntas de tamizaje, evitando la revictimización, dice Espejo.
Una vez admitida, ya en el chequeo médico el especialista pregunta sobre las circunstancias en las que ocurrieron las heridas.
Entonces, llega un mensaje de WhatsApp a las personas que darán apoyo a la víctima. Se ha activado el Código Púrpura.
Para la atención son infaltables el área de psicología y el área de trabajo social. Mientras tanto la víctima es llevada a un consultorio o box, donde todos llegan para atenderla. “No tiene que ir de dependencia en dependencia”, explica Espejo.
El jefe de guardia avisa al ECU 911 sobre la novedad. La víctima queda hospitalizada o recibe el alta, dependiendo de su cuadro.
“Los psicólogos le dan la contención necesaria. Con más calma, ella es asesorada para que ponga la denuncia”, señala Espejo. Luego, si no desea volver a su casa –donde generalmente está el agresor– es trasladada a una casa de acogida. Sofía fue una de las pocas pacientes que siguió el proceso y continúa con las sesiones de terapia psicológica.
EL PROCESO
Según Espejo, la implementación de este protocolo inició en junio de 2019. “Hubo capacitaciones para todo el personal, desde el jefe hasta los guardias”, indica.
Aprendieron cómo atender a una persona en esta situación sin revictimizarla, con premura y calidez. “No se puede hacer preguntas o comentarios que incomoden al paciente, ni mucho menos juzgarlo”, dice.
Los doctores, además, recibieron capacitación en el tema legal por parte de la Fiscalía, luego de esto, el centro hospitalario recibió la acreditación como centro de primera acogida. Desde hace algunos días, los jefes de policía del Distrito Eloy Alfaro son parte del chat del Código Púrpura.
“Antes del femicidio hay violencia de género. En algo debemos ayudar”, concluye Hugo Espejo.
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CASO de violencia de género se registra cada 72 horas en este centro hospitalario.
Así opina
Antes del femicidio hay violencia de género. En algo debemos ayudar”.
HUGO ESPEJO Subdirector de Medicina Crítica del Hospital del IESS Sur