¡ALUMBRÓ CUATRO!
La panza de Daniela llegó a medir 1,15 metros de diámetro –lo comprobó EXTRA con una cinta métrica–; en enero pasado, ella dio a luz a sus bebés en una maternidad. Su historia ha enternecido en Quito.
✓Querían uno, pero les vinieron tres más de yapa.
✓Dos años le dieron al ‘canchis canchis’ y nada.
✓Hicieron un tratamiento de inducción de ovulación ¡y de una quedó embarazada!
✓Los recién nacidos evolucionan bien.
Cuando la cigüeña decide llegar con un cargamento de manitas blandas y pies regordetes, a los padres solo les queda un cosa: extender sus brazos... Y así lo hicieron –muy felices, por cierto– Daniela Chiriboga y su esposo Estuardo González.
No es usual que una pareja tenga trillizos, peor aún cuatricuatrillizos. Por eso la historia de estos dos papitos, ella de 31 años y él de 32, ha enternecido en Quito. Y todo comenzó dos años atrás.
Enamorados desde la universidad, Daniela y Estuardo se casaron y, tras estar cuatro años juntos, decidieron tener r un bebé. Solo uno.
Pero algo estaba pa- sando. O mejor dicho, , algo no estaba pasando. . Daniela no lograba quedar embarazada pese a que ella y su esposo lo habían intentado durante 24 meses.
Acudieron a un médico, cuyo tratamiento –inducción de ovulación (óptima maduración de uno o varios óvulos)– fue tan eficaz que en 15 días ya esperaban a un niño.
Hasta entonces no sabían lo que se venía. Fue a la octava semana de gestación cuando, mediante un eco, le dijeron que esperaba trillizos. ¡Error!
“¿QUIÉN DA MÁS?”
Daniela y su esposo se emocionaron, sí, pero había también preocupación. Quizás por un eventual riesgo durante el embarazo, quizás porque no lo esperaban...
Pero aún faltaba algo. Cuando a Daniela le hicieron otro eco –ella, acompañada de una tía y de su suegra– apareció otro par de manitas. Entonces no eran tres. ¡Eran cuatro!
Dice ella que el shock fue menor. Aunque el médico seguía sorprendido, sobre todo por lo que conlleva un embarazo de alto riesgo: posible preeclampsia, diabetes gestional...
No hubo tal. Daniela llegó a las 32 semanas (8 meses) con una panza que medía 1,15 metros de diámetro, casi como dos balones de básquet (EXTRA lo comprobó con una cinta métrica). Ella caminaba, se movía, incluso viajaba... “El embarazo no es sinónimo de enfermedad”, lo dejo clarísimo.
Estuardo también la ha cuidado. Pero detrás de esa flamante gestación hay un gran secreto. Y lo reveló Daniela: “Bebía tres litros de agua al día”. Eso, además de todos los nutrientes, proteínas y vitaminas que requería y comía.
Los dos papitos, antes residentes del norte quiteño, se mudaron a un sector del sur, a solo unas cuadras de la maternidad pública Luz Elena Arizmendi, donde la futura madre recibía las atenciones necesarias. Entonces, ya empezaban a pensar en el parto. El nacimiento de cuatro bebés en una clínica particular –por las posibles compli
caciones y por el uso de las cuatro termocunas– les costaba aproximadamente 240.000 dólares, dice la madre. Por eso la salud pública fue, en esta ocasión, la mejor opción.
El 30 de enero de 2020, David, Ezequiel, Paula y Daniela González Chiriboga llegaron al mundo “con buena salud... un milagro en medio de las circunstancias”, escribió la madre en su cuenta de Instagram.
Ahora, los padres deberán trabajar mucho para alimentar esas cuatro boquitas. Eso sí, Estuardo, el papá, se hará una vasectomía. Serán ellos los primeros y últimos cuatro.
Pd. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en 2018 a nivel nacional hubo 293.139 nacidos vivos. 283.903 fueron de uno, 4.103 dobles, 73 triples, cuatro de más de cuatro bebés en 2018... En ese mismo lapso, 180.963 partos con niños vivos ocurrieron en establecimientos pertenecientes al Ministerio de Salud Pública, lo cual representa el 61,7 % sobre el total de nacidos vivos.
DATO
En el caso de Daniela, cada uno de sus bebés tenía su placenta. Un punto positivo, dijo.