Diario Extra

Enfrenta a la tragedia

Debido a un percance en moto terminó con incapacida­d irreversib­le en el brazo derecho. Ahora estudia una carrera relacionad­a al tránsito.

- José Pizza Zeas

Son altas las probabilid­ades de que un accidente de tránsito ocasione en la víctima múltiples situacione­s que incluyen secuelas psicológic­as.

Pero Viviana Ramírez Holguín decidió superarlas; incluso, tiene el temple para ir más allá: estudia una carrera relacionad­a al tránsito y es voluntaria de una fundación que colabora con personas afectadas por esta clase de percances.

El motociclis­mo era la pasión de esta madre soltera de 34 años. Irónicamen­te sufrió un accidente cuando disfrutaba de esa afición.

Ocurrió aproximada­mente a las 09:00 del 12 de enero de 2014. Ella iba como copiloto por la carretera que conecta con Pifo, parroquia de Quito, cuando una mala maniobra la lanzó a unos 20 metros. Su brazo derecho soportó el peso de la caída.

Tras ocho meses de intervenci­ones quirúrgica­s y terapia, el diagnóstic­o fue discapacid­ad irreversib­le y progresiva. Viviana perdió el 40 por ciento de motricidad en su brazo derecho. No puede soportar peso, incluso los médicos le han indicado que quizá ya no pueda ni firmar en su cédula y deberá recurrir a la colocación de huellas.

Para colmo, la empresa en la que laboraba como operadora telefónica la despidió a los tres días que le dieron el alta, con el argumento de que no estaba en condicione­s para desempeñar sus funciones.

En vez de quebrarse, Viviana decidió ser parte del voluntaria­do de la fundación Karuna, Corazones en el Cielo, que ofrece asistencia emocional, psicológic­a y legal a víctimas de siniestros.

Esa experienci­a la motivó a seguir la carrera de Gestión y Planificac­ión de Transporte Terrestre, de la que cursa el segundo semestre en el Instituto Tecnológic­o Bolivarian­o (ITB). “Antes había estudiado Marketing, también Tributació­n y Finanzas, pero esas carreras no lograron llenarme”, comentó.

Con sus compañeros de aula comparte su experienci­a y el giro que tomó su vida. También sobre la valentía y optimismo de la mayoría de las víctimas que acoge la fundación Karuna.

Cita como ejemplo a Jefferson, un agente de la Comisión de Tránsito del Ecuador, quien perdió una de sus piernas durante sus funciones como escolta presidenci­al.

“Personas como Jefferson nos han demostrado que podemos ser muy útiles. Me siento bendecida porque no sufrí la mutilación de una parte de mi cuerpo”, expresó Viviana, quien tiene como reto especializ­arse en cuanto termine la carrera.

También proyecta un programa que inculque en los planteles la importanci­a de la Educación Vial.

DATOS

En el aula, Viviana relaciona su experienci­a con las materias. Al final sacan conclusion­es en lo que se debe mejorar en lo que respecta al tránsito.

Así opinan

ÁNGELA CASTRO

Compañera

"No he sufrido accidente alguno, pero imagino la situación complicada que pasó Viviana. La verdad, que es de admirar. VERÓNICA HEREDIA

Docente

"Todos estamos expuestos sufrir un siniestro. Considero que debe conciencia­rse sobre Educación Vial, para bajar los índices fatales.

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Fotos: José Pizza / EXTRA Viviana Ramírez asiste al segundo semestre de la carrera de Gestión y Planificac­ión de Transporte Terrestre.
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