¡LA BARBA DELATÓ AL MUERTO AJENO!
Ñañas rechazaron cadáver que le entregaban. Tienen un mes sin hallar a su padre.
Una carta enviada por un hospital es la única esperanza que tienen Mariana Almeida y sus tres hermanas para localizar el cadáver de su padre, de 85 años, desaparecido desde hace más de un mes.
El hombre, Ángel Alfonso Almeida Cabezas, falleció el pasado 11 de abril, tras ocho días de internamiento en el hospital Luis Vernaza, en el norte de Guayaquil. El diagnóstico de su fallecimiento fue por COVID-19.
Mariana cuenta que al día siguiente su esposo y su hijo debieron ir a retirar el cuerpo que supuestamente pertenecía a su progenitor. Su pareja se dio cuenta de que aquellos restos eran los de otra persona.
“El señor tenía barba y vellos en el pecho, pero mi suegro no era así. Aparte, mi suegro tenía un dedo índice amputado (...) y el señor que estaban queriéndonos dar tenía completos los dedos”, dice el cónyuge de Mariana.
Ese detalle hace que los allegados de Ángel teman lo peor: que su cuerpo tal vez haya sido retirado por la familia equivocada. La duda no los deja ‘pegar’ un ojo, aunque mantienen la esperanza de poder hallar a su ser querido.
Todos los días, en una pequeña estantería que tiene en la planta baja de su casa, Mariana realiza una novena y reza para que su ‘viejito’ pueda ser encontrado y sepultado.
NO CUENTAN CON ESPECIALISTAS
Desde que casi se llevan el cuerpo que no era, Mariana y demás parientes insistieron por una respuesta en la casa de salud. Según la fémina, les dijeron que les iban a ayudar, pero los días pasan y el cuerpo de Ángel no aparece.
El pasado 20 de abril, la familia mandó una carta a la entidad solicitando que atiendan su requerimiento. Diez días después, el 30 de abril, el centro médico les envió un comunicado firmado por el gerente, Adrián Huerta.
En aquel escrito les explican que “se han realizado averiguaciones administrativas internas preliminares para la identificación del cuerpo que reposa en la morgue del hospital”.
En la misiva se añade que para mayor precisión y confirmación de la identidad se requieren pericias técnicas y que el hospital “no cuenta con los especialistas” para tal labor.
Por ello aseguran haber contactado a personas expertas externas para dicho proceso y que informarán a los deudos cuando obtengan resultados.
ÑAÑAS VENÍAN DEL EXTERIOR
Mariana refiere que cuando falleció su padre, ella se contactó con dos de sus hermanas que viven en España y en Estados Unidos para comunicarles la triste noticia.
Todas acordaron que el cuerpo del anciano se creme y guardar sus cenizas hasta junio, mes en que ellas viajarían a Ecuador para participar del sepelio de don Ángel. Ahora ya no saben qué van a hacer.
No duermo bien pensando si mi papá tal vez está enterrado. Él no debió tener un final así”. MARIANA ALMEIDA hija