Entre la crisis y más corrupción
Ala incertidumbre que vivimos en medio de esta cuarentena se le suman actos de corrupción que se van descubriendo de a poco. Primero la compra de insumos médicos a precios exagerados, ahora también se le añade la compra de bolsas para cadáveres. Y no solamente sucede en Guayaquil, sino también en otras ciudades importantes del país. Y es difícil de creer que en medio de tanto dolor por la pérdida de vidas humanas y la desesperación por conseguir comida y medicinas, algunos se estén beneficiando. Se aplauden ciertas acciones del gobierno como la baja de salarios de sus altos mandos. Pero, ¿por qué no se toca a los asambleístas y en vez de eso se les reduce el presupuesto a las universidades estatales del país? ¿Por qué tocar un sector tan delicado y estratégico como la educación?
Y a este cuento de nunca acabar se le suma la posibilidad de eliminar los subsidios a los combustibles, menos del gas. Richard Martínez, ministro de Finanzas, considera que es oportuno dicho retiro de subsidios, aprovechando la baja del precio del crudo a nivel mundial, baja que bien se sabe no será eterna y que tarde o temprano el precio del barril de petróleo subirá. Este país que está sumido en la desesperación y falta de liquidez que ha creado esta emergencia sanitaria y que tiene claro que no podrá salir a las calles, rechaza este tema, como sucedió en octubre, cuando se pretendió eliminar dichos subsidios.